lunes, 26 de octubre de 2015

TELVA BELLEZA: EL ENEMIGO ESTÁ EN CASA


Tu quoque Brute?[1]

Desde hace años dice el pueblo que las mujeres andan revueltas. Y como en estos lares presumimos de vivir en una democracia, parece que al pueblo nadie puede llevarle la contraria sin arriesgarse a recibir una justa coñeja. En todo lo que el pueblo dice siempre lleva la razón de su lado. Y esa compañía resulta demoledora. Aunque sean, sobre todo, los hombres quienes repitan la frase en cuestión como uno de esos lugares tan gratos y comunes al género masculino, las mujeres no les van a la zaga, aunque no la pronuncien tan a menudo y aunque, cuando lo hagan añadan a la sentencia un incontestable, nuestros motivos tendremos. Así que algo de muy cierto debe haber en todo esto.

Porque el caso es que, por uno u otro motivo, y con las necesarias matizaciones al margen, parece que, por una vez, todos y todas estaríamos más o menos de acuerdo. Y la frasecita se ha quedado en nuestros días como un remedo tan categórico como “el más vale pájaro en mano que…”. Y no continúo.

Porque los que me conocen ya saben que a mí el refranero me produce urticaria. O echaros un vistazo, por si os apetece conocer mis argumentos, a la entrada aquélla que subí a este mismo blog (lavueltaylatuerca.blogspot.com) en abril de 2013. Y ahí os daréis cuenta además que este blog es, precisamente, eso: una de esas “matizaciones al margen” a las que aludía en el párrafo precedente.

Porque hoy ando entretenido con la portada del número de Otoño-Invierno 2015 de la revista TELVA BELLEZA, un reconocido icono del universo femenino. Y me detengo un segundo, no, dos, no, … ¡un minuto! Porque la portada merece la pena. La reproduzco aquí abajo para que el que lea esto pueda emitir su pertinente juicio.


Yo estoy dispuesto a rebatir cualquier opinión en contra. Porque la modelo de la portada del TELVA BELLEZA del número de Otoño-Invierno 2015 es un reclamo a la felicidad. La chica se mordisquea o se acaricia los labios con el dedo índice. Y te mira, ¡Y cómo! Como si esperara paciente a que le dijeras algo que le va a divertir, algo que ella sabe muy bien que es una piadosa mentira y que tú, sin embargo, esperas que no sepa que lo es y esperas, por el contrario, que se la trague o que te haga pensar a ti que se la ha tragado.

Y mientras, te observa. Sus ojos te desafían divertidos. Te proponen un juego; un juego al que a ti te apetece jugar. ¡Por supuesto! Y todo el tiempo que haga falta. Infinito. Infinitamente. O hasta que uno de los dos se dé por vencido. O hasta que haya que irse a la cama. Y empezar a darle vueltas a la cabeza… E imaginar que mañana, con dos c…, te despides del trabajo, saqueas la entidad bancaria de la vuelta de la esquina a punta de pistola de `pega sin que se note, y te fugas con ella, con esa mirada segura y desafiante hasta cualquier isla paradisíaca donde el móvil sea un artilugio tan extraño como un bolígrafo para un Neandertal.

Y tuerzo la hoja, la portada del TELVA BELLEZA, del número de Otoño-Invierno de 2015 y busco el nombre de la modelo entre la lista de directores, subdirectores, redactores, maquetadotes, colaboradores, técnicos de fotomecánica, secretarias, archiveros, coordinadores, grafistas y… su puta madre, ¡Y no la localizo! ¡¡TELVA BELLEZA, ese icono del imaginario femenino, ni tan siquiera la cita, se olvida de ella, pasa de largo sobre su nombre y apellido, sobre esa mujer que ha ilustrado su portada de Otoño-Invierno de 2015 y que le habrá hecho vender ¿cuántos ejemplares?!! ¿Cómo no van a estar todas las mujeres revueltas! ¡El enemigo se les ha metido en su propia casa!

Una verdadera lástima, sí. Casi una calamidad. Cuando el ninguneo, cuando el sopapo en el amor propio viene de tu propia mano. Cuando no se le reconocen a uno, a ella en este caso, en realidad a todas las mujeres que salen retratadas en las páginas del TELVA BELEZA, los méritos indiscutibles de un trabajo muy bien hecho. ¿TANTO COSTARÁ, ME PREGUNTO, INCLUIR, Y HACER DE PASO JUSTICIA, UN PIE DE FOTO CON SUS NOMBRES?

Pero yo continúo con esos ojos que me miran desde el Otoño-Invierno 2015. Y no, nada hay, no busques, ni una miserable pista que me oriente sobre tu nombre. Sí, porque a menudo para deshacer los desaguisados y las discriminaciones conviene también que echemos un vistazo a nuestro propio colectivo discriminado. Y ni lo dudes. Porque seguro que ya has roto más de un plato. Nosotros los hombres también hacemos lo que hacemos. Burradas, muchas veces. No lo niego. Pero tampoco vosotras debierais iros de rositas. TELVA BELLEZA, en ese número de Otoño-Invierno 2015 te ha enseñado muy bien cómo se las gasta. ¡Ni una diminuta referencia te ha dedicado para sacarte del fatal anonimato! Porque, no te engañes, ser anónima es el primer paso, el primer y firme paso que antecede a cualquier prejuicio bien orquestado. Y os la hacen a todas vosotras, anónimas, y a ti, desconocida a mi pesar, que ojala mañana a estas horas hayas aceptado mi propuesta y estés a mi lado en esa isla donde los teléfonos no existen todavía.




[1] El famoso ¿Tú también Bruto? que le espetaba Julio César a Bruto cuando descubría que éste, al que quería como a un hijo, formaba parte de la caterva que le estaba matando. Y es que, según lo que expongo, también TELVA BELLEZA, detrás de su lujosa e inofensiva presentación, se estaría revolviendo contra sus propias “hijas” o modelos.

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