martes, 25 de marzo de 2014

EL ADIOS DE TITÍN III: SOBRE PELOTA Y SOBRE PRONÓSTICOS


Estos comentarios se me ocurrieron al hilo del decisivo partido que se presentía iba a disputarse el 22 de marzo de 2014 entre Titín III y David Merino contra Urritikoetxea y Mikel Beroiz en el frontón de Arrigorriaga en Vizcaya. La pareja que saliera ganadora del partido pasaría a la liguilla de semifinales del Campeonato de Parejas/2014; la pareja perdedora, por el contrario, quedaría eliminada. Con la particularidad para el irrepetible Titín III de que se si esta pareja era la riojana supondría su despedida de las de las competiciones oficiales después de más de 22 años de profesional y de no haber faltado durante ese tiempo ¡ni un sólo año! al mencionado campeonato de parejas.

Son comentarios y reflexiones que para mí supusieron una amarga cura de humildad. De que nunca lo sabremos todo. a veces ni en una pequeña porción. La vida siempre nos cogerá desprevenidos. ése es el trato, firmado con tinta invisible sin duda, que suscribimos con ella cuando llegamos a este mundo sin que nadie nos pidiera permiso. Y si la vida se la juega así, el juego no le va a la zaga. Por eso las predicciones siempre serán salivazos que tiran al cielo; vanos intentos de capturar un animal demasiado salvaje, ¿o demasiado lúdico?, que siempre nos cogerá también desprevenidos.

Y de esta guisa el 10 de marzo escribía, creyéndome muy sabio y enterado (sic):

Después del triunfo de Titín y Merino en el Adarraga (el frontón de Logroño) ayer domingo (día 9 de marzo) aventuro una modesta opinión que es, en realidad, un consejo para la pareja riojana. Y es que, a pesar de que la edad de Augusto pudiera indicar lo contrario, para que la dupla de Aspe rinda a pleno rendimiento es preciso que sus partidos se resuelvan con un mínimo de 600 pelotazos, o sea, que el partido sea duro, o mejor todavía, durísimo, a cara de perro, y largo, muy largo, trabado, y que "coger prisioneros" esté absolutamente prohibido.
Creo que esta actitud y fuerza mental deben hacer pensar, tanto a Augusto como a David, que en cuando salten al frontón el partido debe "durar" y que en él "van a suceder muchas cosas". Con este convencimiento la pareja riojana tendrá la mitad del partido en el bolsillo. Y sobre la otra mitad, tranquilidad. Su talento se valdrá y se sobrará para hacerle a esa mitad que falta otro huequecito en el mismo bolsillo.
Así que adelante y a huir (como de la peste) de esos tantos y partidos "relámpagos". (No quiero ni acordarme del 4-22 de la semana pasada, resuelto en poco más de unos vergonzosos 5 minutos). Esos partidos no están hechos para gladiadores como ellos, de largo recorrido, de ésos que siempre llevarán el "cuchillo entre los dientes" porque saben que este juego tiene que ser duro, o si no, es que estamos hablando de otro deporte o de otra cosa.



Y ya 23 de marzo, con el bofetón en la mejilla, volvía a escribir:

Lo siento. Sobre todo por ellos, por David y Augusto; estos son Merino y el irrepetible Titín III. Y también un poco por mí. Que volví a fallar en mis predicciones. Pensé sinceramente, y así se lo comenté a Plaza, el entrenador tanto de David como de Augusto, que si el partido se resolvía con más de 600 pelotazos la victoria no se nos escaparía. Los deportistas veteranos, y Titín tiene ya los 45, y será éste su último partido de campeonato, siempre son corredores de fondo, nunca velocistas. Usain Bolt zinga que se las pela en los 100 metros. Pero con 40 tacos, y si no que se lo pregunten a Martín Fiz, todos nos pasamos a la maratón. Y el sábado se pegaron ¡785! estacazos “a buena”: casi 45´ de juego efectivo, a cara-perro! Y, sin embargo,… algo falló. Y falló que el deporte, y la pelota, uno de los deportes más apasionantes no iba a ser menos en esto, no se puede comprender con un pronóstico ramplón. El deporte, y la pelota, son mucho más. Son tantas cosas que nunca acertaremos a encerrarlas y a entenderlas con UNA SOLA EXPLICACIÓN. Aunque a veces me dejo llevar por la pasión y me olvido de estas “cosas”. Fue una lástima. Pero el sábado, después de un par de semanas ausente, el zaguero rival, Beroiz, decidió darse una vuelta por el frontón de Arrigorriaga. Y me jodió la fiesta, y el pronóstico. Le apodan la “tanketa”. Tiene 23 años, pero ya corre la maratón.
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