martes, 25 de abril de 2017

THANKS, GRACIAS, спасибо, ESKERRIK ASKO, 谢谢, MERCI, DANK,….

Lo que parecía imposible, o por lo menos complicadillo, ha llegado: lavueltaylatuerca.blogspot.com., ha sobrepasado este fin de semana, y con creces, la barrera del sonido, la barrera de las 10000 entradas.

Pero con ello no solo quiero dejar constancia del hecho, lo que sería, por mi parte, totalmente pretencioso, sino agradecer, con toda la sinceridad que me fuera posible trasmitir desde este teclado, a todos aquellos y aquellas que lo han hecho posible y alguna vez (porque basta una) hayan decidido perder un poco de su precioso tiempo en hojear o leer alguna de las entradas con las que, en este tiempo, he ido rellenando lavueltaylatuerca.

Con ello busco, entre la hojarasca de esta primavera-otoñal, un canto y me doy con él en los dientes, porque muchos de los objetivos que me propuse, cuando decidí aventurarme en estos universos virtuales, se han visto cumplidos. Y es que estoy seguro que, con estas más de 10000 visitas que ha recibido el blog, puedo afirmar que aquel ideario que me planteé, y que se plasmó en la primera entrada, se ha visto reafirmado, acaso un poco pero, sin la menor duda, suficientemente.
 
¿Lo recordáis? Quizás lo pudiera resumir en una breve frase: tener siempre la mente abierta a los avatares que suceden, día a día, en este mundo, y a nuestro alrededor; no perder nunca la curiosidad, el espíritu de asombrarse porque el nos pondrá, saludablemente, manos a la obra y con ello entraremos, bien pertrechados, e indagaremos en cualquiera de las circunstancias que nos rodean y, sobre todo, nos hará huir, cono de la peste, de las fáciles y perezosas explicaciones que recibimos por doquier (y este mundo nuestro ni es fácil ni es perezoso); y preguntarnos, en su lugar, por el porqué de las cosas, más allá de los qués, sacar punta a todos los lápices y coger, en definitiva, la tuerca y darle unas cuantas vueltas más, las que sean precisas, asumiendo y disfrutando con el hecho de que 2 + 2 no siempre suman cuatro,….
 
… y hacernos, con todo esto, más peligrosos; nunca plácidos receptores, borreguitos que a todo inclinan la cabeza y dicen que sí, y vestirnos con las galas de la interrogación y preguntar, preguntarnos siempre, por qué esto es así y no asá, hasta que la tuerca parezca que no va a dar más de sí. Porque eso será: "lo parece". Estemos seguros que la rosca, con los instrumentos precisos (nuestra cabeza, por ejemplo), siempre podrá girar una vueltita más.


 
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martes, 11 de abril de 2017

SAN MAMÉS SEDE DEL EUROPEAN RUGBY 2018. SABER GANAR Y SABER PERDER


Que Bilbao haya sido elegida, más en concreto, San Mamés, su mítico sí, estadio de fútbol, como sede de las finales del European Rugby de 2018; esto es de la Champions Cup y de la Challenge Cup de Rugby, es algo que me colma de alegría, que diría un hortera.

Pero para quien todavía albergue alguna duda sobre la importancia del evento, le diré que tome buena nota, entre otros detalles que, a diferencia del fútbol, en el que las finales de la Champions y de la Europa League, se celebran en estadios y en fechas diferentes, con el Rugby las tendemos a las dos en el mismo estadio y en días consecutivos. Primero, como aperitivo, la Challenge y después, como plato principal, la Champions.

Será un magnífico fin de semana, allá por el mes de mayo del año próximo, como para frotarse las manos, hoteles a tope, un gentío de aficionados poblando las calles y llenando los bares en sana armonía (¡me apuesto lo que sea y con quien sea!) y a pasárselo como enanos, llegue quien llegue a las finales. Habrá cuatro equipos, y cada uno tendremos nuestras preferencias, pero todos serán bienvenidos a nuestro Botxo y nos harán disfrutar como pocas competiciones deportivas en el mundo lo saben hacer. Dentro y fuera de San Mamés.

Pero es que además de todo esto auguro, y pongo la mano en el fuego si alguna falta hace, que los aficionados que lleguen desde sus respectivos países para animar, nos darán toda una lección de civismo, de saber ganar y… de saber perder, que es la lección que más nos cuesta que nos entre en la cabeza, y a la, por si esto fuera poco, más gente faltó el día en que se impartió en clase.

Aunque los aficionados al rugby sí que estuvieron, formales, y tomando notas, y nadie puede quitarles, desde entonces, las alegres ganas de cachondeo, ni cortarles el grifo: beben cerveza como cosacos pero… saben beber; tiñen las gradas con el colorido de sus bufandas y banderas, y con los curiosos atuendos con los que, a menudo, se disfrazan pero saben que los colores no son nunca pinturas de guerra;  hacen resonar los cimientos del campo con sus cánticos y algaradas pero saben que con la música no se ofende a nadie, y es más, alguno te recuerda que hace un porretón de años se nos dijo que la música amansa a las fueras; y sobre todo esto, y más allá de esto, después de que el partido haya concluido, haya sido el resultado el que haya sido, haya ganado el uno o el otro, vaya estas extrañas cosas que siempre ocurren cuando dos equipos se enfrentan sobre un mismo terreno de juego, eso (que me pierde la emoción), después de que el partido haya finalizado, después de los 80 minutos reglamentados (si no hay prórroga), después del reparto de las consiguientes medallas y trofeos, todos los que quieran, sin distinción de cánticos, bufandas y preferencias, se reunirán en una tasca de la ciudad para seguir bebiendo juntos más birras, celebrar el sagrado Tercer Tiempo y congratularse de haber formado parte del espectáculo. Esto sí que es, de verdad, lo importante: haber sido partícipes, desde la grada o desde el césped, del partido, porque esto, ni la victoria ni la derrota podrán quitárselo nunca a nadie.
 
Vamos, lo mismo que se lee en esos bonitos versos de Kipling que encabezan la salida de los vestuarios, la imponente entrada a la Pista Central de Wimbledon y que, sin duda, también nos sirven ahora, como anillo al dedo, para esto del Rugby que ese día estuvo en clase, que se los aprendió de memoria y los cumple a rajatabla, if you meet with Triumph and Disaster and treat those two impostors just the same; esto sería, más o menos, “si puedes encontrarte con el triunfo y la derrota y tratar a estos dos impostores de la misma manera”.

Sí, un resumen tan perfecto de lo que cualquier deportista o aficionado debería llevar tatuado en el alma, que no se me ocurre añadir ni una coma. Sólo repetirlo para mis adentros y hacer que las palabras dejen de ser meras palabras sobre una pared y se conviertan en palabras de carne y hueso.

El Rugby nos enseña alguna de estas cosas. Durante la Temporada 2017/18 veremos en el círculo central de los campos donde se disputen las eliminatorias previas a la Final de la Champions, la leyenda Run To The Finals 2018. Bilbao. Un magnífico reclamo para nuestra ciudad. Y ya por el mes de mayo, aquí en San Mamés, tendremos la impagable oportunidad de tomar nota, de conocer otros modos, otras formas de acercarnos a esto que llamamos deporte, y que no tienen desperdicio, porque con ellas aprenderemos que en el deporte nadie sobra, que todos ganamos con el espectáculo…, aunque todos perdemos también, y no nos olvidemos del detalle, si, tozudos e insensatos, nos empeñamos en confundir un resultado con un patada a traición en los c.

 
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