viernes, 26 de febrero de 2021

MICK JAGGER, BRIAN JONES, JOHN KEATS Y MARY SHELLEY

 El mes pasado leí una breve reseña de Jesús del Campo en el diario El Correo en la que se hacía una bonita referencia al mítico concierto que los Rolling Stones ofrecieron el 5 de julio de 1969 en Hyde Park ante una entusiasta audiencia que vino a cifrarse, según los organizadores, en casi 500.000 personas. Casi nada al aparato, que añadiría yo.

Pero, dejando en un aparte la espectacularidad de estas cifras, el detallazo estuvo en que Mick Jagger leyó unos versos del poema Adonais, que Mary Shelly (sí, la de Frankenstein) había escrito y dedicado a la memoria de su amigo, el también poeta John Keats, que había fallecido en Roma a causa de la tuberculosis, cuando apenas contaba con 25 años. Hizo dos siglos justos el pasado 23. 

Y es que Jagger tenía sus razones para recitar lo que recitó. Porque apenas dos días antes del concierto Brian Jones, que había abandonado el grupo (fricciones con Richards, comportamiento un tanto errático …qué sé yo) el 10 de junio de ese mismo año, fue encontrado muerto en la piscina de su casa. Era el 3 julio y Brian, apenas contaba con 27 años. Por lo que para empezar, aquí os dejo She´s s Rainbow, una de las canciones que compuso para la banda:


Así, el famoso adagio, vive deprisa, muere joven y harás un bonito cadáver, y que Nick Ray incluyera en su película Llamad a cualquier puerta para caracterizar al personaje de Nick Romano (y no pienso hablando de Nick Ray que las concomitancias se quedaran sólo en el nombre) parecía, desgraciadamente, haberse puesto de moda en los finales de esa década prodigiosa y en los meses que la siguieron: Janis Joplin (1970, 27 años), Jimi Hendrix (1970, 28 años), Jim Morrison (1971, 28 años)…

Y Mick Jagger con la lectura de esos versos de Adonais ponía los dedos en la llaga, y trazaba un feliz paralelismo entre el espíritu romántico con el que se sazonaron las inquietas almas de la propia Shelley o de Lord Byron o de John Keats, con la bendita ingenuidad, las ganas de vivir y de comerse el mundo a bocados sin percatarse de que eran ellos, precisamente, el plato más delicioso del menú y que serían, por eso, rápidamente devorados por ese mismo mundo al que, irónicamente, ellos pensaban hincar el diente.

Aunque a lo que iba con eso del “detallazo”. Y es que veamos en lo que ahora nos hemos convertido. Hace más de 40 años Mick Jagger recitaba dos pasajes de Adonais en recuerdo de su compañero ante medio millón de personas que siguieron cada uno de sus versos en un silencio sepulcral, y valga la redundancia, y que al finalizar el mismo rompieron en un sonoro aplauso. ¿Haríamos hoy lo mismo, o lo dejaríamos pasar encogiéndonos de hombros y preguntándonos, para qué tantas monsergas?... Por eso rescato los versos de Shelley, y la figura y la voz de Jagger. Creo que el “detallazo” se lo merece:

 


Claro que me diréis, pero eran otros tiempos, Toni. Y yo os contestaría, por supuesto; me basta con echar un vistazo al móvil. Pero apostillaría después, quizás por eso me gustan tanto: porque, mirando a mi alrededor, me temo que ya son irrepetibles.
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