domingo, 8 de mayo de 2016

OLAIZOLA, ¿EL GIGANTE SE TAMBALEA?

Aimar Olaizola no ganará este año el Manomanista. Ni tan siquiera jugará las semifinales. Y yo he esperado unos días a que el suelo se calme, a que pudiera seguir sosteniéndome sobre la maderas de mi casa. Porque aseguran que cuando un gigante, aunque éste mida 1,83 lo que no es mucho para un gigante, se tambalea, la tierra tiembla. Y lo he comprobado. Es cierto.

El pasado sábado 30 de abril el gigante Aimar Olaizola sufrió la que, posiblemente, haya sido su derrota más dolorosa en los casi 20 años que lleva batiéndose el cobre por todos los frontones de Euskadi y alrededores. Esa tarde el joven (aún no ha cumplido 20 años) pelotari de Arana, Iker Iribarría le apeó del Campeonato Manomanista derrotándole 22-14. Fue la suya una victoria incontestable. Y la derrota de Aimar, una derrota sin paliativos, una cruenta bofetada que no tuvo la más mínima réplica. El campeonísimo, ¿o cómo habría que llamar a un portentoso y gigantesco pelotari, uno de los más grandes, que atesora las txapelas del Manomanista de 2005, 2007, 2012 y 2013, del 41/2 de 2002, 2004, 2005, 2008, 2011, 2012 y 2013, y del Campeonato de Parejas de 2008, 2011 y 2016: ¡14 txapelas, en total!?, claudicó en el Labrit, sacudió sorprendido la cabeza, y después de felicitar al vencedor, se retiró tambaleándose (anímicamente, claro) al túnel de vestuarios.

Allí el gigante se sentaría en el banco, frente a las duchas, y repasaría, seguramente, el partido recién finalizado. Sí, había recibido una paliza en toda regla. Y no tanto por el resultado final (habría cosechado anteriormente resultados más abultados en contra) sino por las casi nulas posibilidades de triunfo que presentó a lo largo del encuentro. Y esto sí que le habrá cogido desprevenido. Porque si por algo se ha distinguido Aimar a lo largo de su carrera es por ese espíritu de “donde pongo el ojo pongo la bala”, tan arraigado al sobrenombre por el se conoce, el Becadero de Goizueta, por ese carácter de killer que le ha hecho ser un deportista tan singular como el “1”, admirado y temido, a partes iguales, en todos los frontones donde se ha presentado a jugar a mano. Y en los vestuarios del Labrit, mientras el killer no encontraba aún consuelo ni respuesta a lo que acababa de ocurrirle, la tierra empezó a moverse. Es lo que sucede cuando un gigante se tambalea. Aunque sólo mida un metro ochenta y tres.

Pero, ¿tan fuera de pronósticos ha sido lo ocurrido ese 30 de abril en Pamplona? Y quizás, si fuéramos cuidadosos con nuestras respuestas y repasáramos alguno de los últimos partidos de Aimar, pudiéramos deducir que lo que parecía imposible, no sólo, es posible sino que entra con todas las garantías “dentro de los pronósticos”.

A mí, y ya sé que es muy fácil escribirlo ahora, después de la hecatombe del 30 de abril, pero a mí, decía, la mosca ya me empezó a zumbar los oídos el 4 de mayo de 2014. Hace 2 años. Aquel día se jugaba en el Frontón Bizkaia la Final del Campeonato de Parejas, Olaizola y Aretxabaleta contra Irujo y Barriola. Resultado final, 22-13 a favor de Irujo pero lo que más llamó mi atención fue la desidia que mostró Aimar durante el partido, como si su irrenunciable espíritu de killer se hubiera tomado unas inesperadas vacaciones. Pero como el mejor escribano hace un borrón y todos somos humanos pensé que a un mal día cualquiera tiene derecho.

Pero en Donosti, apenas un mes después, Retejí Bi le eliminó del Manomanista 2014 con un contundente 22-11. E Irujo le ganaba la Final del 41/2 en Bilbao, el 14 de diciembre, por un más que ajustado 22-17. Pero el killer seguía de vacaciones. Y las yugulares de sus víctimas, sanas y salvas.

Y el 2015 no empezó con mejores augurios para el bueno de Aimar. El Campeonato de Parejas lo disputa con Beroiz y ¡no pasan de la liguilla de cuartos de final! El emergente Urrutikpetxea le gana la final del Manomaniista en Bilbao, 22-17 y en el 41/2 vuelve a perder contra Irujo, el 15 de noviembre de 2015, 22-6. Otro severo correctivo.

Y, por fin, 2016. Aimar gana con Urrutikoetxea el Campeonato de Parejas derrotando a Rezusta e Irujo, que tuvo que retirarse por lesión en uno de sus dedos, cuando el marcador les favorecía 16-10. Todo parece haber vuelto a su sitio. Aimar , en lo más alto del podio y con la txapela sobre su cabeza. Ha disputado un campeonato más que solvente y se dispone, con la 14ª txapela en el zurrón y con la moral recuperada, a afrontar el Manomanista. Mientras nadie parece querer reparar en el papel que Urrutikoetxea ha jugado en la consecución del Campeonato. Cierto es que ha disputado el Parejas ocupando los cuadros largos del frontón pero el gerriko colorado que distingue al vigente Campeón del Manomanista parece que le da alas. Juega y se mueve por el frontón como los ángeles. Maneja los ritmos del partido a su antojo. Sabe acortar el frontón situándose al borde del cuadro 4 y enseñar toda suerte de sotamanos, aires y boleas que imprimen a los tantos una velocidad endiablada. De esta forma, sin duda, es más fácil jugar y… rematar. Seguro que Aimar lo sabe.

Y por eso el 30 de abril de 2016, cuando debuta en la edición del Manomanista de este año, ¡jugando él solo!, sabe que la prueba va a ser de fuego. Frente a él Iribarría, que viene de sacar, literalmente, a pelotazos al otrora prometedor Juanarena, ¡22-2! Y el killer no está acompañado. Tiene 36 años (hace 37 en noviembre). A lo largo de su carrera ha pasado a muchos jóvenes por su rodillo particular. Pero ahora lleva tiempo, sí, desde aquel 4 de mayo de 2014, según mis cuentas, moviéndose en la cuerda floja. Puede que lo que pasó el sábado 30 de abril no se lo esperaba nadie, ¿o sÍ lo esperábamos, aunque nos dolía dar crédito a nuestras sospechas? Y, como algunas películas del no tan Far West deberían habernos enseñado siempre llega por el fondo de la calle algún joven pistolero más rápido que el gigante, aún con su metro ochenta y tres, pero cansado killer, que aguarda confiado en su despacho bajo sus bien ganadas y gloriosas 14 txapelas…

Y la pregunta se impone. ¿qué hará ahora el gigante después de que la tierra haya temblado también bajo sus pies?

 

      

 

1 comentario:

  1. Hola, soy el seguidor de tu blog. Me gustaría decirte que sería igualmente interesante alguna opinión sobre Mikel Goñi. Un panzer dentro y fuera de la kantxa.

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