miércoles, 3 de abril de 2024

LA PASIÓN SEGÚN SAN MATEO O MI SEMANA SANTA

Esta Semana Santa me he armado de valor- porque sabía que sería un tema durito aunque apasionante- y he seguido el consejo de un buen amigo que lleva escuchando La pasión según San Mateo, de Bach, según algunos de los musicólogos más reconocidos, la Obra Cumbre de la Historia de la Música; y la escucha, desde casi 40 años durante estas fechas, dividiendo su audición/disfrute entre el Jueves Santo (la 1ª parte) y el Viernes Santo (la 2ª parte).

Yo, por mi parte, trasladé esta audición/disfrute un día; o sea, el Viernes Santo, la 1ª parte y el Sábado Santo, la 2ª- y no por llevar la contraria a mi buen amigo sino, más que nada, porque el Jueves lo tengo reservado al Oratorio de Jesús en el Monte de los Olivos, de Ludwig van Beethoven- y lo hice (ese buen amigo es la que prefiere, y yo le sigo) con la versión impresionante- no hay otras palabras, debo admitirlo ahora que lo sé- que dirigió Karl Richter, y con impecables subtítulos en castellano, y que aquí os dejo.

Y apenas si apuntaría, ya que en la grabación no consta, y por si quisiérais saberlo, que la 2ª parte de esta Pasión da comienzo en, más o menos, 1hora 27 minutos. Y nada más, salvo añadir que aquella supuesta "dureza" con la que pensaba iba a enfrentarme a esta obra maestra no resultó, finalmente, tal sino que, antes y muy al contrario, una vez asentado y aposentado en el butacón cómodamente, y con los ojos y oídos muy atentos, opté por dejarme convencer- los sabios musicólogos de turno algo sabrán de todo esto, digo yo-, por dejarme acariciar, y el resultado rozó... lo sublime, llevándome sus notas y textos hacia esos mágicos mundos donde ni el tiempo ni el espacio existen, y todo se resuelve en una mística escapada hacia otros territorios en los que las prisas nos están vedadas, en los que todo aquello que no constituya un "supremo placer" queda, inmediatamente, abolido a pesar, o quizás por ello mismo, de que el "supremo placer" surja del "supremo dolor" que Jesús de Nazareth sufrió durante su pasión y muerte en la cruz; momento en el que Bach decide poner punto final a la Obrasabiendo que su música no tendrá un verdadero final mientras quede alguien en este mundo que la haya escuchado, tal y como sucede con las enseñanzas de Jesús.


Luego el Domingo (de Resurrección) escuché el Oratorio de Pascua, del mismo J.S. Bach, Pero esto ya es otra historia.


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