viernes, 19 de enero de 2018

CANTAUTORES, DEJAD LA POESÍA TRANQUILA

Pero que Amancio Prada (como le escuché el otro día por la tv en un programa grabado me acordé de él) toque la guitarra y cante sus canciones pero ¡con sus propias letras! Y que todos aquellos que presumen de ser cantautores hagan lo mismo.

La poesía sin músicas se basta por sí sola y muy bien. Bastante mejor que enredada en los arpegios de una guitarra machacona. Y para muestra este botón de San Juan de la Cruz y el sublime inicio de su Canto espiritual (vale con el principio para esta entrada). A mí luego, por ejemplo, la versión que canta Amancio, me sobra. Me quedo mucho antes con el silencio que pueda acompañar mi recitado mudo o sonoro de los versos sanjuanianos.

Y conste que no tengo nada contra del bueno de Amancio Prada, y reconozco (no me duelen prendas, me duelen otras cosas, pero éstas son otra historia) que el arreglo que hizo para el Cántico de San Juan sirvió, en su momento, arrastrado por la popularidad que en aquellos años tenía Amancio, para divulgar la poesía de San Juan de la Cruz. Aunque también él sacó tajada (en sus períodos de baja creatividad y ante la falta de letras originales). No seamos tan cínicos. Porque también me temo que no será menos cierto que muchos potenciales lectores de San Juan no se habrán dejado seducir por su hermosa poesía (y no sólo por el Cántico) ante la bienintencionada, pero pesada y monótona como una losa lisa, versión que pergeñó Amancio Prada.

Por eso digo, cada uno a lo suyo: San Juan con su Cántico, y con su poesía, y Amancio, y todos los cantautores que en el mundo son, con sus canciones, y con sus propias letras.

“Casco”, como bonito ejemplo a seguir, y por si alguien no me ha entendido aún, al gran Dylan again, y a su archiconocida pero no menos imprescindible Blowin´In The Wind, con su lyrics ¡originales! (de puño y letra del mismo Dylan, vamos) consiguientemente traducidos.

(Y que Paco Ibáñez tampoco se enfade y me lance un yu-yu. Que me perdone, pero Machado también se vale por sí mismo).

 
CANCIONES ENTRE EL ALMA Y EL ESPOSO

ESPOSA
¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti, clamando, y eras ido.
Pastores, los que fuerdes
allá, por las majadas, al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.

Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.

(Pregunta a las Criaturas)

¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del amado!
¡Oh prado de verduras,
de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado!

RESPUESTA DE LAS CRIATURAS

Mil gracias derramando,
pasó por estos sotos con presura,
y yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.
(…)

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