jueves, 18 de septiembre de 2025

CAMINO A LA PERDICIÓN & THOMAS TALLIS: PARECIDOS RAZONABLES

Una entrada cortita.

Más parecidos razonables.

A ver qué tal estos: el bonito score que Thomas Newman compuso para Camino a la perdición,, y la impresioante Fantasia sobre un tema de Thomas Tallis de Vaugh Williams. Pero centrándonos antes que nada, en los aires de la música, en su tono lento y sosegado, evocando unos tiempos, seguramente, más inocentes y felices.

Y a ver si no estoy loco.

Camino a la perdición



Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis
 



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martes, 16 de septiembre de 2025

¡ ATENCIÓN, TITULARES DE UN PERIÓDICO!

En estos tiempos que, como suelo decir, corren que se las pelan, no podemos andar dormidos, sin un riesgo cierto a darnos un trompazo. Además, en cuanto nos sobrevienen esas ganas de echar una cabezada, alguien aparece y trata de colárnosla. Es la consigna que mueve a los espabilados; a los que nunca tienen sueño. Por eso debemos andarnos con tiento, si no queremos salir trasquilados.

Otra cosa es que no nos importe que nos engañen. ¡Qué sé yo: para gustos, dicen, no habrá nunca nada escrito! Pero a mí como que no me apetece que me tomen por el "pito de un sereno" y por eso intento poner diez mil sentidos, o todos los que pueda, en bucear bajo los textos para extraer de ellos aquel subtexto que no quiere salir a la luz, que se empeña en permanecer agazapado pero que es realmente aquello que no quiere decirse, pero que es lo que importa, siempre- y de ahí las dificultades de dar con su paradero- más allá de las apariencias, de las aparentes palabras.

Así que hoy, 9 de septiembre, esta tarea, y siempre que queramos espabilar, se nos impone como una urgente circunstancia a la que no deberíamos volver la espalda. Más que nada por lo que el desdeñoso gesto pudiera traernos. Nada bueno, me imagino. La ignorancia suele moverse con la cabeza y... las alforjas vacías.

Pero basta ya de andarse por las ramas. Y concreto. De qué estamos hablando. Pues ahí voy: el pasado 12 de agosto El Correo enseñaba en su portada un hermoso titular en el que podía leerse literalmente,

BBVA ARRIESGA Y LLEVARÁ HASTA EL FINAL LA OPA

PESE A LA OFENSIVA DEL SABADELL PARA FRENARLA

Y una gran mayoria de lectores habría reparado en él como en un "por-aquí-pasó-mi-abuela" y quizás, no sé, sea eso lo que haya que hacer. Leer y pasar a otra cosa-mariposa. Pero yo, lo reconozco, y aunque me gusten las mariposas, no puedo: algo en el interior de mi cabezota me lo impide: sí, la vuelta y la tuerca, darle una vueltilla a aquello que parece más claro que el agua limpia. Y con eso me siento más vivo, menos expuesto a que el futuro me coja por sorpresa, sabiendo, o tratando, con mejor o peor suerte, de saber lo que se cuece a mi alrededor, de qué calidad son los ingredientes con los que nuestro mundo se sirve en el plato; en definitiva, y por recurrir a esos clásicos que tanto me enseñan, qué es lo que conforman las sombras platónicas que se mueven frente a nosotros; adoptando la grafía de un, más o menos, inocuo titular de prensa, por ejemplo.

Y vuelvo adonde estaba: El Correo es un diario vasco; el nº1 de la provincia, el que sostiene al importante Grupo Correo, alternativa al todopoderoso Grupo Prisa. Y de esta manera ya podamos hilar más fino. Y señalar, de entrada, que el Grupo Correo, por afinidades geográficas, escribámoslo suavemente, siempre remará en favor de todo aquello que a su "tierra" beneficie y el BBVA, qué duda debería cabernos, es una de sus máximos arietes. Así que el BBVA arriesga y lleva hasta el final la OPA contra el Banco Sabadell- que no haría falta escribirlo pero pertenece a otra "tierra" y defiende otros intereses que en cuanto son "otros", ¡ay!, ¿son "peores"?

Pero así, el Banco Sabadell se convierte, sin que muchos reparen en ello leyendo el mencionado titular, en el malote de la película, porque el rol de chico alto-guapo El Correo ya se lo habría adjudicado al flamante BBVA, al de casa, ¡faltaría más!, al valiente, al que arriesga y trata de poner pie en pared a la ofensiva- ¿fuera de lugar? Por supuesto- del Sabadell por desbaratar sus planes.

Aunque también podríais decirme que todo esto es una simple cuestión que afecta al cristal por el que la realidad es analizada. El Grupo Correo no tiene dudas. Y me imagino que el Periódico de Catalunya, sólo sería otro ejemplotampoco las tendrá. Y me imagino que tan válidos serán los argumentos del uno como los del otro. Por lo que yo únicamente quisiera insistir- y ante la avalancha de "titulares" con la que andamos enredados, en que antes de leer y enfrentarnos a uno de ellos, o a cualquiera de la infinitud de afirmaciones que nos llenan los oídos con sus verdades inapelables (¿?),  comprobemos la fuente de dondfe sugen. Pero la cantidad de propuestas hará que este trabajo sea un trabajo realmente titánico; no vayáis a pensar que esto es jauja, Pero sólo la fuente determinará el sentido último, aquél que siempre deberíamos tener presente al enfrentarnos con las "palabras aparentes".

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viernes, 12 de septiembre de 2025

THE BIRTHDAY PARTY O LA ÚLTIMA PALABRA SOBRE LA MÚSICA PELIGROSA

A la largo de estos años he ido salpiciando este blog con distintos apuntes sobre lo que yo considero música peligrosa, que no sería- como más de un@ habrá adivinado-, sino esa música que te saca, literalmente, de tus cabales o casillas, que te obliga a replantearte todo aquello que creías más firme y seguro, que te deja más vulnerable que a Spiderman un descampado, que te sacude desde los hombros  y te lleva, en definitiva, hacia otros lugares donde posiblemente el ser humano no haya puesto jamás sus pies porque, entre otras cosas, es un terreno impracticable para el calzado con el solemos cubrir nuestros pies.

Porque la música, realmente, peligrosa, constituye siempre un antes y un después para el atento oyente. Luego, y en cierta manera, es también trascendente, porque nos traslada a un paraje ignoto, donde los cómodos asideros brillan por su ausencia, y que no podemos describir con palabras extraídas de un diccionario, donde por ello todo es posible y nos obliga a prestar entonces la máxima atención; ésa por la que los objetos, irónicamente, acaban diluyéndose y tu pasas, entonces, a formar parte del todo.

Pues ayer tuve la oportunidad de escuchar, por indicación de uno de esos amigos imprescindible, The Birthday Party, banda conocida anteriormente por The Boys Next Door, y que lideraron el gran Nick Cave y Rowland S. Howard, en la que los (peligrosos) versos de Rimbaud y Baudelaaire o el espíritu de Jim Morrison encontraron su perfecto correlato, hasta su disolución e1983 después del mítico concierto del 9 de junio en el Crystal Ballroon en St.Kilda.

No es muy frecuente que nos encontremos con la posibilidad de asistir a una de estas experiencias. La música peligrosa, ¡ay!, escasea en nuestros pacíficos Festivales de Verano. Claro, no es plato para todos los gustos. Claro, por eso es peligrosa. Sin contemplaciones nos pone la cabeza del revés.

Y si para muestra os sirviera un botón, aquí os dejo a The Birthday Party tocando Deep in The Woods; ¡para que sepáis lo que es bueno y... muy peligroso!



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lunes, 1 de septiembre de 2025

GAZA ME ENSEÑA A ENTENDER, POR FIN, AL III REICH

Siempre me he sentido desorientado a la hora de buscar explicaciones coherentes a lo sucedido con Alemania en el periodo aterrador que podemos situar entre los años 1933 y 1945 del pasado siglo. Que un país con semejante grado de desarrollo intelectual, social y económico alcanzara las cotas inhumanas que abrazó sin que, aparentemente, le templara el pulso, y con el resto de naciones civilizadas más calladas que una puerta, siempre me había dejado a mí, que a todo le busco una socorrida explicación, in albis, encogido de hombros y con una mueca que no dejaba lugar a la duda: ¡hala, id a preguntar a otra parte!

Pero 70 años después, que si los miramos bien tampoco son tantos años para buscar una explicación a semejante barbarie- ya sabéis, 2ª Guerra Mundial, la Solución Final, campos de concentración, 6 millones de judíos muertos y ni una concentración de protesta frente a los muros de Auschwitz, ni contra las enloquecidas consignas de Heil Hitler; sólo el humillante y persistente zumbido de las espitas de gas desmembrando a los judíos, a huesos ya sin carne para sostener sus lamentables condiciones de vida, sus espantados ojos en un océano de máxima incredulidad.

Pero la gente, como si nada: cabeza gacha, labios cosidos. Y yo no entendía. En un país donde vivían gente de la talla de Sigmund Freud, Martin Heidegger, etc. cómo se había podido llegar a tales extremos de locura, de solazarse con la sangre derramada en tan ingentes cantidades, de, en fin, de pura vergüenza ante la pertenencia al género humano.

Y sin embargo 70 años después, Gaza me ha dado, por fin, la explicación. ¿No se están repitiendo los acontecimientos?, ¿no serán ahora los propios judíos, parapetados en el Estado de Israel y con el apoyo del Tío Sam, quienes cargan contra el pueblo palestino mientras el resto del mundo civilizado protesta, sí, ma non troppo, sin rasgarse demasiado las vestiduras porque, en el fondo vivimos muy bien, y si somos sinceros, estos palestinos quiénes son, qué nos han hecho a nosotros, si siempre andan metidos en líos, que para líos ya tenemos los nuestros propios? ¿Y no serían éstas las mismas palabras que bien pudiéramos haber escuchado en el Berlín años 30, o que cruzaran fugazmente por las cabezas de esos millones de alemanes que decidieron mirar hacia el cordón de sus zapatos?

Cuando veo las imágenes de los bombardeos israelitas sobre los centros de distribución de comida frente a los que, desesperada, se agolpa la población civil de Gaza, a punto estoy de consentir que Auschwitz se nos ha quedado pequeño. Sí, esos bombardeos son una canallada a la que es imposible ponerle nombre. En mitad de una guerra, montar centros de distribución de comida para que los hambrientos palestinos se hacinen frente a su entrada y aprovechar entonces, que están todos muy juntos- sic, para dejar caer sobre ellos una hondadana de bombas, es algo que me invita a bajarme en la próxima que diría Lina Morgan, pero sin tomármelo a broma.

Porque yo no quiero seguir aquí. Quizás estos humanos me inoculen ese virus mortífero que parece que llevan en sus venas. Y, entonces, me vuelva malo, muy malo. ¡Y no quiero! Ahora que ya entiendo Auschwitz, porque la franja de Gaza me ha ayudado a entenderlo. Las discriminaciones, las injusticias, las matanzas que nos llevan a mantener los fusiles en alto continúan entre nosotros. Y parece que contnuarán mientras tengamos ojos para ver y sesos para pensar. ¿De verdad que somos así aunque nos neguemos a reconocerlo?, ¿de verdad que Dios nos habría hecho así para que hiciéramos esto? Sí, esta habría sido la respuesta que me habría chivado Gaza, la última del examen, la que nos dice cómo somos realmente, la que me invita a gritar, ¡SOCORRO!

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