
Bueno, el año que se termina.
¡Adiós, finito, caput! Quien le eche de menos que se arrasque porque una de las
cosas contra las que nunca podremos luchar en este mundo es que lo que se va
ya no vuelve.
Por eso, y ante eso, paciencia. Y
ver en su lugar su lado bueno. Que lo tiene, aunque a veces nos cueste dios y
ayuda encontrarlo y podamos, entonces, pensar que no existe, que todo, y este
mundo en concreto,...