lunes, 16 de junio de 2025

LUIS ENRIQUE, EL BUSCAVIDAS

El otro día disfruté como un enano con el triunfo del PSG, de Luís Enrique sobre el Inter de Milán por 5-0 en un en la Final de la Champions 2025. Ningún equipo había ganado anteriormente la Final con semejante abuso-de-poder.

Pero a mí que soy todavía más de cine que de fútbol, el triunfo de Luís Enrique me alegró de una especial manera por las similitudes que le emparentan, a mi parecer claro, con el mítico Eddie Felson de El buscavidas, la incomparable película de Robert Rossen, en la que Eddie derrota al invencible Gordo de Minnesota después de sufrir un durísimo varapalo personal- el suicidio de su novia- como el propio Luís Enrique lo ha sufrido hace escaso tiempo con el fallecimiento de su hija por un terrible cáncer de huesos.

No se habló sobre esto de lo que voy a escribir en esta entrada, pero el recuerdo de la hija muerta estuvo presente en todos los festejos que siguieron a la celebración del título en forma de alusivas camisetas y pancartas, en un sentido reconocimiento a la persona y a la labor de Luís Enrique, que había hecho al equipo parisino Campeón de Europa por 1º vez en su Historia-¡y al lorito con el Mundial de Clubes!- y que a mí me sirve, como un anillo a un dedo, para explicar mi teoría que no es otra que la que también podemos entresacar de... El buscavidas.

Por eso al día siguiente del 5-0 volví a ver la inagotable película de Rossen, por comprobar su estado de salud- se mantiene como una rosa- y comprobar, de paso, si sus imágenes daban pábulo, como yo recordaba, a mi teoría. Y sí, lo hace. Y bellísimamente.

Y ahora me explico. En el primer enfrentamiento con el Gordo, tras una laguísima y extenuante partida, el Gordo derrota a Eddie. Luego lo sabremos. Cuando Eddie adquiera carácter. Pero en esa primera partida aún no lo tiene. De momento, Eddie sólo tiene talento. Y la película, ¿y la vida?, nos enseña que con el talento no es suficiente.

Después Eddie conoce a Sarah y los dos se acompañan en sus respectivas tristezas- Eddie es un perdedor y Sarah es coja y bebe más de la cuenta. Pero los dos se enamoran. Entonces la intervención del diabólico Bert Gordon, un fullero que controla las apuestas y las ganancias del Gordo, acusando a Sarah de ser un insalvable obstáculo para la carrera de Eddie hace que la muchacha decida quitarse la vida, lo que sume a Eddie en un profundo e insoportable dolor.

Y es en ese instante cuando Eddie decide volver a enfrentarse con el Gordo. Pero en esta segunda partida Eddie consigue derrotar al Gordo. Porque Eddie ya no sólo tendría talento. Ahora también tiene carácter. Y ésa es una combinación ganadora. Eddie lo ha aprendido. Posiblemente, Luís Enrique ya lo sepa.

Aunque siguiendo con lo que nos cuenta El buscavidas hay en ello una demoledora verdad: el triunfo siempre nos cobra un elevadísimo peaje. Porque para triunfar, primero hay que pasar por las habitaciones del dolor y del sufrimiento.

PD,- Aunque de lo que nadie habla, ¿con qué peso cargará la conciencia del impecable e invencible Gordo de Minnesota?

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