martes, 31 de diciembre de 2024

FINALICEMOS EL AÑO COMO DIOS MANDA

Esto es, viniendo de mí, con un poema en el que trato de recoger los mejores deseos y hacerlos extensibles a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, porque a aquellos o aquellas que no la tienen, ¡QUE LES DEN! 

Año Nuevo,-

Cuando

los matasuegras y las cintas de colores

se hayan terminado avisadme

y bajaré a comprar más.

Llevo suelto. No importa.

Porque es mi intención que el Año Nuevo

se prolongue sine die,

que el sano cachondeo y las risas

nos provoquen un esguince en los labios,

que el frío de Enero nos caliente

las ganas de vivir, que la tristeza

se prohíba bajo pena del más aburrido

e inconmutable arresto domiciliario.

Y que el Niño Jesús continúe siempre cerca,

durmiendo tan tranquilo,

abrigadito entre las mantas

para así poder recurrir a Él

siempre que nos falte el buen humor.

Y que el vinus,

como a los gloriosos romanos,

no nos traiga la resaca sino la veritas

que nos congracia con la vida

sin hacernos eternamente felices.


Leer más...

domingo, 1 de diciembre de 2024

SILVIA PINAL, EL DEMONIO QUE ENTRÓ EN UNA DISCOTECA.

El otro día, creo que fue el 28 de noviembre, Silvia Pinal nos dejó a la edad de noventaitantos; o sea, que la bella actriz mexicana no debería quejarse porque tiempo habría tenido para hacer eso y lo otro, para dar y regalar. Claro, y no sería ésa la razón por lo que le dedico esta entrada.

¿Lo es por sus cualidades y calidades artísticas? Puede que sí, puede que un poco. Ahí estaría su excelente composición del personaje de Viridiana en la película del mismo título de don Luís Buñuel que, por si alguien estuviera interesado, me continúa pareciendo, al día de hoy, porque mañana Dios dirá, la mejor película española de todos-los-tiempos-tiempos. ¡Toma ya!

Pero ahora tampoco le tocaría el turno a Viridiana sino a otra más cortita pero igualmente imprescindible, Simón del desierto la película que don Luís rodaría en 1965, apenas cuatro años después de Viridiana y donde Silvia Pinal nos regala una irresistible y memorable versión del Demonio que, en sus intentos de corromper al beato Simón no le deja en paz y termina con él, y esto lo que verdaderamente me importa y lo que motiva esta entrada "pinaliana", bailando en una discoteca como un descosido.

Porque quizá me equivoque, no lo sé ciertamente, pero a mis efectos ésta sería la primera ocasión que recuerdo en que una película finaliza en una discoteca y con los protagonistas bailando, cosa o secuencia que en estos tiempos nuestros se ha vuelto recurrente hasta el agobio (con la honrosísima excepción de la excelente versión de Billy Budd que Claire Denis rodó con el título de Beau Travail). Y recurrente hasta tal punto que yo hace tiempo que habría optado por cerrar los ojos- con el permiso de Víctor Erice, por supuesto- cada vez que en la pantalla se me aparecen unos humanos moviendo el esqueleto, de la misma manera que ya hacía tiempo que hacía cada vez que veía a un personaje conduciendo un coche y canturreando la cancioncilla de turno que suena en el radio-casete, y como hacía, desde hacía mucho más tiempo, cada vez que un personaje en crisis rompía el cristal en el que su imagen se refleja descomponiéndola en una infinitud de fragmentos a modo de la más sesuda (sic) metáfora de su revuelto y desquiciado espíritu.

Así, que sólo por ese baile primigenio, por esa originalísima secuencia del Demonio que ha arrastrado hasta la discoteca al ex-Simón del desierto y del no menos emblemático y liberador grito final, Silvia quedará para siempre entre los míos. DEP.


Leer más...

miércoles, 27 de noviembre de 2024

OTRO BLACK, OTRO FRIDAY

Sí, porque a cuenta de este próximo BLACK FRIDAY me encontré el otro día con un  poema que había salido, Dios sabré cómo, de mi atribulada cabeza. Yo os lo dejo aquí. Dedicado al gran T. S. Eliot por aquello de los "hombres huecos" que en el poema se transforma en "alma hueca". Espero que no se moleste el viejo e imprescindible irlandés.

Pero antes, y para amenizar la lectura, os dejo con un temazo de Robert Wyatt (n. 1945), uno de los emblemas de la que fue llamada escena de Canterbury y baterista de Soft Machine y al que una caída desde un 4º piso, en pleno colocón, le fracturó la columna vertebral dejándolo, hasta el día de hoy, en una silla de ruedas. A pesar de ello grabó el mítico albúm Rock Buttom, del que este año se cumple el 50 aniversario, y del que extraigo el alucinante Little Red Riding Hood Hit The Road que si no es música peligrosa yo, por si acaso, me coloco siempre el chaleco anti balas antes de escucharlo.

Por cierto que me enteré de la existencia del disco gracias a la bonita película Rock Bottom, que recomiendo a tope, nominada en los Premios Forqué como Mejor Película de Animación y que da cuenta de las circunstancias que rodearon al desgraciado accidente que Robert sufrió.

Bueno, pero ¡basta ya de cháchara! Ahí os va todo...


Black Friday,-

a T.S. Eliot

¡Empieza

la nueva temporada!

No se esperan

grandes novedades,

pero es nueva

y es la temporada

que ya está aquí

entre todos nosotros,

consumidores de tiempo, 

los que gastamos a manos llenas

los minutos, las horas,

los segundos que se nos caen

de los dedos, aunque

parezca no importarnos.

Sólo cuando la situación

se vuelva irreversible

nos faltará aire

para que nuestros gritos

se encaramen hasta el cielo. Pero

hasta entonces, tranquilos,

como si nada. La nueva temporada

nos abre los brazos y nos da

la más calurosa bienvenida,

la más inofensiva

como fieles clientes que somos

y que la mantendremos con vida

un año más. Hasta el sold out,

hasta agotar existencias.

hasta consumirnos en este absurdo empeño, 

hasta desear una nueva temporada

que, ¡ojalá!, mejore la presente

que nos habrá dejado

con los bolsillos vacíos

y, lo que es peor,

con el alma hueca.


Leer más...

lunes, 18 de noviembre de 2024

LORCA: UN ÁNGEL NACIÓ EN GRANADA

Reconozco una cosa: nunca he sido un lorquiano de pro. Me gustaban algunas de sus poesías, y otras se me hacían duritas. Vaya que en mi mesa nunca ha estado junto a los Whitman, Neruda, o Manuel Machado, por citar sólo algunos de los que más me gustan.

Aunque también reconozco una cosa más: cada día la poesía de Lorca me gusta más. Y a él, cada día, le entiendo mejor. Hasta el punto de que el pasado fin de semana se me apareció, mientras leía, donde se citaba el irresistible Cantan los niños, una de las novelas cortas candidatas al Premio Ramiro Pinilla 2025, del que formo parte de su Comité de Lectura, una certeza a la que no pude dar la espalda: Federico García Lorca (Granada, 1898- 1936) fue, en realidad, un ángel, con dos piernas en lugar de dos alas, un ángel-niño; tierno y fiero como suelen ser los niños. Por eso su cruel final se nos antoja tan terrible.

Y es entonces cuando su poesía, leída desde ese punto de vista angelical, cuando sus versos cobran una señera dimensión. Porque su voz baja desde el mismísimo Cielo y, por ello, su acento nos estremece y sus terribles imágenes se nos aparecen de la mano de un ángel-niño disgustado porque se le ha mandado a la cama sin cenar por haber llegado tarde a casa.

Sí, y es esa imagen de ángel-niño la que hace, por ejemplo, que su Poeta en Nueva York se alce como otro grito de Munch, y cobre un valor singular y muy especial; un valor que coloca, sin duda, a ese libro entre los poemarios más alucinantes jamás escritos: el ángel abrumado por el frío acero en punta, el niño perdido y asustado en la inhóspita ciudad de los rascacielos.

Y por eso cuando me encontré el otro día con Cantan los niños supe que el ángel-niño me seguía hablando y contando cosas tiernas (¡Arroyo claroCorazón en fiesta) y amargas (Una rosa de sangre / De mi gran calavera) que, en realidad, son cosas de este mundo pero, que puestas en sus labios angelicales, me parecen eternas, mágicas, como pronunciadas desde otro planeta. Y si no haced la prueba vosotr@s:

           Cantan los niños

Balada de la placeta

Cantan los niños

En la noche quieta:

¡Arroyo claro,

Fuente serena!

 LOS NIÑOS

¿Qué tiene tu divino

Corazón en fiesta?

   YO

Un doblar de campanas,

Perdidas en la niebla.

   LOS NIÑOS

Ya nos dejas cantando

En la plazuela.

¡Arroyo claro,

Fuente serena!

¿Qué tienes en tus manos

De primavera?

   YO

Una rosa de sangre

Y una azucena.

   LOS NIÑOS

Mójalas en el agua

De la canción añeja.

¡Arroyo claro,

Fuente serena!

¿Qué sientes en tu boca

Roja y sedienta?

   YO

El sabor de los huesos

De mi gran calavera.

   LOS NIÑOS

Bebe el agua tranquila

De la canción añeja.

¡Arroyo claro,

Fuente serena!

¿Por qué te vas tan lejos

De la plazuela?

   YO

¡Voy en busca de magos

Y de princesas!

   LOS NIÑOS

¿Quién te enseñó el camino

De los poetas?

   YO

La fuente y el arroyo

De la canción añeja.

   LOS NIÑOS

¿Te vas lejos, muy lejos

Del mar y de la tierra?

   YO

Se ha llenado de luces

Mi corazón de seda,

De campanas perdidas,

De lirios y de abejas,

Y yo me iré muy lejos,

Más allá de esas sierras,

Más allá de los mares

Cerca de las estrellas,

Para pedirle a Cristo

Señor que me devuelva

Mi alma antigua de niño,

Madura de leyendas,

Con el gorro de plumas

Y el sable de madera.

   LOS NIÑOS

Ya nos dejas cantando

En la plazuela.

¡Arroyo claro,

Fuente serena!

Las pupilas enormes

De las frondas resecas,

Heridas por el viento,

Lloran las hojas muertas.


Leer más...

viernes, 15 de noviembre de 2024

KAFKA EN EL FESTIVAL DE LA RISA

Este año, y van ya 15 ediciones, el Festival Ja! que, dedicado al gratificante mundo de risa como su onomatopeya nos enseña, se viene celebrando en nuestro querido Bilbao durante el mes de octubre ha estado dedicado, en el centenario de su muerte, al escritor... ¡Franz Kafka! Sí, sí, el de La metamorfosis, sí, sí el de El proceso.

Y cualquiera hubiera dicho a priori que semejante genio tuviera alguna relación con la carcajada. Incluso yo no hubiera apostado 1 euro por semejante relación pero como en muchísimas otras ocasiones estaba equivcado, porque cierto que Kafka no es Chquito de la Calzada y nos cuesta imaginárnoslo vestido de arlequín, pero con motivo de la efemérides había decidido leerme su última e inconclusa, El castillo, y en ella me encontré, ¡oh, sorpresa entre las sorpresas!, con un autor con un originalísimo sentido del humor; sí, un humor afilado y caústico, terriblemente irónico y, eso sí, mucho más cerca de la socarronería de Buñuel o del vertiginoso surrealismo que vertebran las páginas de Alicia en el País de las Maravillas que de la limpia risa que pudiera provocarnos Charlot (y eso que Eduardo Torres-Dulce- sí, él junto con el periodista César Coca dirigieron y presentaron la charla que se enmarcó bajo el título de Kafka va al cineya nos advirtió sobre aquello que alguien dijera en alguna ocasión de que "a quien no le gusta Charlot no es una buena persona"; adagio que, sin ningún género de dudas, yo suscribiría).

Pero ahora mismo me bajo de las ramas, y a lo que iba y a lo que voy. Porque, de entrada, no tuve más remedio que reconocer que esa faceta de un Kafka realacionado con la risa me cogió en el pié cambiado. Y por todo esto, y por el imborrable recuerdo que aún conservo de aquel programa de televisión que se llamó ¡Qué grande es el cine! decidí acudír a la mencionada charla que mantendrían César Coca, y el ex-fiscal general del Estado, y asiduo contertulio al mencionado programa, Eduardo Torres-Dulce (¡Dios mío, que diferencias de carácter y, aunque nos suene viejuno, de señorío respecto a lo que actualmente se destila en estos mundos nuestros y, más en concreto, en los mentideros fiscales que llenan con su pestilencia nuestros ojos y oídos allá por donde miremos u oigamos!)

Y me preparé para la ocasión anotando algunas frases extraídas de la lectura de El castillo que, según mi parecer- ¡sorpresas te da la vida!- ligan a Kafka con la sorna más hiriente y demoledora, aquélla que, cierto es también, nace del escepticismo más doloroso. Y llevé los apuntes a la charla aunque, después, no tuve oportunidad de intervenir dado que el tiempo se nos había echado encima y tuvimos que plegar velas y recoger si no queríamos quedarnos a pasar la noche en las dependencias del Auditorio donde la charla había tenido lugar. Lo que no era plan.

Pero como los apuntes aún los conservo, he pensado dejarlos a disposición de este blog, y de todos aquéllos/as que en su momento decidáis echale un vistazo, porque parece increíble, a mí, por lo menos, me lo parece que semejantes extractos hayan salido de la pluma de ese escritor atormentado por excelencia que fue Franz Kafka. O si no vosotros/as diréis:  

“(…) era sólo un mensajero, no conocía el contenido de las cartas que tenía que llevar, pero también su mirada, su sonrisa, su forma de andar parecían un mensaje, aunque tampoco supiera nada de ello”.

 “Desconfía de todo el mundo; aunque, por ejemplo, haya conocido a alguien en innumerables ocasiones como la persona más digna de confianza, en la ocasión siguiente desconfiará de él, si es que no lo considera un granuja.”

“(…) no es alguien que sepa hablar, pero sí gritar y eso a muchos les basta.”

“(…) es muy vivo, lo cual forma parte de su estupidez.”

“Para alguien que sabe leer los documentos oficiales y, en consecuencia, mejor aún los no oficiales.”

“La bendición estaba sobre ellos pero no supieron hacer que descendiera.”

“Si al menos- exclamó la posadera- no lo quisiera siempre todo, como un niño, en forma comestible.”

“Tu forma de ser era tan distinta a la nuestra que, hasta cuando hablabas sinceramente, nos resultaba difícil creerte.”

“Ese funcionario se parece mucho a Klamm; si  tuviera su propia secretaria, su propia mesa y en la puerta su nombre… no tendría ya dudas.”

“Por mucho que animes a alguien que tiene los ojos vendados a que mire a través del pañuelo, nunca verá nada; sólo si le quitas el pañuelo podrá ver.”

“(Sobre Erlanger, secretario de Klamm): se limita a fruncir las cejas y eso le basta para conocer a todos.”

“Dicho exactamente, está muy desesperado; dicho más exactamente, es muy feliz.”

“(…) no es difícil enamorarse de ella cuando se ha ido.”

Sí, un Ja! pero que hiela la sangre, ¿verdad? 
Leer más...

jueves, 7 de noviembre de 2024

SOBRE INUNDACIONES Y PRESIDENTES

A cuenta de las terribles inundaciones que han afectado a la parte mediterránea de este país nuestro, y sobre todo, a cuenta de los desagradables incidentes que padeció el killer, o our president, Pedro Sánchez en su visita a las zonas afectadas de las que tuvo que salir por piernas, en contra de la tensa tranquilidad que exhibieron Don Felipe y la reina Letizia aguantando el chaparrón y el tipo y dialogando con las víctimas, he llegado a la conclusión de que nuestros políticos tampoco van al cine. Porque, en caso contrario, hubieran sabido lo que se les iba a venir encima y actuado en consecuencia. Sólo hubiera hecho falta que escucharan a Bob "el inglés" hablando después de un refrescante afeitado en esa imprescindible maravilla que algunos llamamos Sin perdón, y el toro no les hubiera cogido. 

Y ahora voy a apuntarme a otro detalle sobre el que no muchos parecen haber caído. Yo, por lo menos, no he oído a nadie comentar nada a este respecto. Y que también tiene su contacto con esto de reyes y presidentes, aunque en un sentido diferente ya que me habría venido a la cabeza a cuenta de las recientes elecciones estadounidenses, a propósito del país que presume, y muchas veces con razón aunque nos duela reconocerlo, de ser una de las democracias más consolidadas y progresistas del mundo-mundial, de resistirse aún a dar permiso o un paso al frente para colocar a una mujer a los mandos de la Casa Blanca. Primero habría sido Hillary Clinton. Y pinchó hueso. Ahora ha sido Kamala Harris. Y con el mismo resultado: hueso también.

Y no dudo que los más sesudos analistas podrán encontrar a este hecho múltiples explicaciones, aunque yo también, ¡faltaría más!, tengo la mía, y sinceramente pienso que las habrá tan buenas como ella, pero mejores, imposible. Así que voy de chuleta, pero me explico que ya va siendo hora. Porque es un hecho que los Estados Unidos no han conocido a la Monarquía como forma de gobierno pero esta Monarquía, como quien no quiere la cosa, abre sus puertas para que una mujer, si le corresponde por línea sucesoria  
y sobre esto no habría que hablar más entonces, que una mujer, decía, se coloque sobre su cabeza la corona que le distinguirá como Reina del país. Y después ya estaría: la ecuación se resuelve de forma muy fácil: si una mujer puede ser Reina, ¿por qué no va a poder ser Presidenta? Y ahí tendriamos a los británicos con Margaret Thatcher. Porque, ¿quién podía decir nada en su contra, y en función únicamente de su sexo, cuando la reina Isabel ha ocupado el trono inglés durante 50 años? Y estirando el chicle, ¿no es, por contra, una casualidad que Francia, la República que acabó con la Monarquía bajo las afiladas garras de la guillotina, no haya conocido tampoco, al día de hoy, una Presidenta?

Con lo cual, y alargando aún más el chicle, me habría venido también a la cabeza que, en contra de lo que tradicionalmente se piensa, quizá la Monarquía lleve adosada a sus presupuestos una refrescante modernidad en tanto que incluiría en sus postulados la tan necesaria igualdad de sexo y que nos pillaría, pero sólo porque no lo habríamos pensado antes, con el pié cambiado. Aunque de esta forma, nosotros España, los españolitos y españolistas que en ella vivimos, podemos vernos agraciados con una suerte inesperada. Y sin que fuera Navidad.

Y pensaría, entonces, en la bellísima princesa Leonor accediendo a la Jefatura del Estado en su condición de Reina legítima. Y no dudaría que si en esos momentos acertamos a abrir las ventanas, la modernidad entraría y nos caerá encima como agua de mayo. La reina Leonor, y lo presiento por todo lo que llevo escrito en esta entrada, nos limpiará como se limpia a los niños de teta- ¿o no es lo que somos por ahora?-  de muchos de los complejos que históricamente llevamos encima y que no nos los quitamos ni con aceite hirviendo. Pero no lo habría que dudar, yo no lo dudo por lo menos, que una reina Madre nos haría, por fin, hombres- y no me refiero al sexo, ¡que todo hay que decirlo!; y seríamos, ¡por fin!, un país de hombres que ha aprendido a vestirse por los pies. ¡Sí, por fin! Y la reina Leonor habría tenido mucho que ver en todo ello, mientras, posiblemente, el flamante País de las Barras y Estrellas continúe esperando a una Mrs. President.

Leer más...

domingo, 3 de noviembre de 2024

INFANTILIZACIÓN, ¡AQUÍ ESTAMOS!

Superando lo que había previsto en aquel mi primer ensayo o Divino tesoro, casi un ensayo contra la juventud, habría que convenir que en él me quedé corto. Porque no es ya la juvenilización sino la más flagrante infantilización por la que muchos pensadores estarían, hoy en día, echándose las manos a la cabeza.

Aunque, tal vez, no deberíamos desviarnos tanto del primer fenómeno o de la juvenilización como insistir en él con indepencdencia del paso del tiempo que, en teoría, nos debería sacar fuera y situarnos fuera de su alcance. De esta forma tendríamos que si un joven pronuncia, en la jerga de sus años, está chulo, podría considerársele guay, que está en el rollo. Y si años más tarde un hombre hecho y derecho insiste en usar en su conversación, está chulo, guay, etc. podríamos considerarle que sigue, o intenta seguir, en la onda o, y de acuerdo con la sobrevaloración de la que, en nuestros tiempos, gozaba la juventud, y sobre de la que disertaba aquel mi primer "jamacocos", una persona bien dispuesta, guapa (¡fundamental!) y arreglada a estos tiempos nuestros que corren que se las pelan; una persona, en definitiva, que merece la pena conocer y tratar, ¡y sólo por el mero hecho de hablar a la moda o de parecer joven!). Aunque, si trascurridos unos cuantos años más, ese mismo hombre, supongamos ahora con 80 años, continúa repitiéndose y nos suelta un enésimo está chulo, es guay, le apuntaremos con el dedo y diremos, sin temor a equivocarnos, al viejo se le va la chota o es como un NIÑO que aún no sabe que se ha hecho viejo.

Pero desgraciadamente en estas circunstancias infantiles nos estaría tocando vivir. No en vano vivimos entre innumerables micro-conflictos. ¿Qué es sino la rabieta de todo un Real Madrid porque a su "pequeño" Vinicius no le hayan dado el Balón de Oro? Porque no se trataría de una infantilización que apareciera retro-encadenada a una primera juvenilización- lo que, además, representaría un (imposible) retroceso (a lo Benjamin Button)- sino una persistencia, un insólito erre que erre, un seguir-siendo-niños caiga quien caiga, una resistencia a transportarnos a aquella juvenilización que se producía al margen de los años cumplidos o, hablando en plata, ser niños para siempre jamás, sin movernos del pupitre y dejando de lado, apartando de nuestro camino, de nuesro ser-siempre-niños a aquella juvenilización que nos habría tocado, simplemente por una cuestión de crecimiento natural.

Y así, tan pitxis: nos quedamos para siempre-jamás con la baba colgando, es un decir, con los calzoncillos mojados, es otro decir, renegando de la verdadera juventud que se atrinchera detrás de la barrera y nos dejará en paz abrazados una infantilización que, sólo, por sus pretensiones de eternidad, sería anti-natural. Porque, y si no fíjemonos bien, en este caso no podríamos ser consecuentes y reflexivos con lo que nos toca vivir y hacer porque nuestra razón infantil nos estaría impidiendo, precisamente, reconocernos como infantiles. Tal y como les sucede a los verdaderos niños: que no alcanzan a comprender que las razones que rigen sus actos son, necesariamente, infantles.

Y de ahí, esta segunda, y ésta sería la nuestra, concepción de la infantilización como una peligrosísima deriva de la juvenilización sobre la que ya habríamos escrito un rato. Y, entonces, retengo a ésta como una 1ª parte ya comentada, y alargo nuestra atención hacia esa infantilización que tenemos encima, y en cualquier esquina hacia la que se nos ocurra apuntar, como el verdadero emblema de nuestros tiempos que corren que se las pelan pero sin rumbo, como un niño, claro, y a lo loco, unos caracteres asociados sí con los niños de... hasta 10 años como mucho. Y luego compruebo, con un escalofrío recorriéndome la médula, cómo nuestra sociedad (¡ay!) vive y se decanta por esos derroteros. Porque aunque pretendamos y creamos que la nuestra es una sociedad que se afeita, adulta, de eso nada, ni infantil ni juvenil, ya que no conseguimos desterrar esos calificativos que se nos han adosado a la chepa y que parecen (¡ay!, ¡ay!) irnos como anillo al dedo, como a esos infantes recién salidos de la cuna: egoista-insolidario o solidario sólo cuando está de moda solidarizarse-piramidal-caprichoso-de mecha corta-terco (porque si no me enfado y ya no te ajunto)--ególatra (sólo yo y mi ego contamos)-etc. Así que mucho cuidadín, porque si después del niño ya no se espera al hombre, quizá el niño, que nunca sabe estarse quieto, recule, se eche para atrás y se transforme, entonces, en ese salvaje que tanto nos asusta. Porque, no nos engañemos, del niño al salvaje apenas si media ese pasito pa´trás.



Leer más...

domingo, 6 de octubre de 2024

LA EVOLUCIÓN Y EL CEREBRO HUMAN0



PRIMERO.- Llevo varios meses enfrascaddo en la apasionante lectura de El mundo como voluntad y representación, la obra magna de Arthur Schopenhauer. Sus reflexiones darían para cubrir toda una vida, pero a mí me basta, por ahora, con ese idea central en su pensamiento que nos habla de la Voluntad que ha movido, mueve y moverá todos los entresijos en que nuestras existencias han estado, están y estarán insertas. 

Al hilo de lo cual , y ya que encaja perfectamente con uno de mis clásicos y recurrentes divagues, traslado a este blog esa idea de una Voluntad que nunca se está quieta- Heráclito, los presocráticos, el hinduísmo serán siempre los primos hermanos de Arthur-  y que engloba a todos los fenómenos que en en este Mundo han ocurrido, ocurren y ocurrirán. Y me atrevería a poner un ejemplo.

Porque, ¿no sería el hallazgo del fuego, en los primeros estertores del homo, la raiz de la que, años después, surge nuestra capacidad para hablar, el lenguaje mismo que nos hace únicos dentro del Reino de los Seres Vivos?, ¿no estaría en el fuego el calor que vuelve a los alimentos más blandos y fáciles de masticar, con lo que el homo ya no necesitaría tantos molares y sí, más incisivos, con las consecuentes alteraciones que ello traería consigo en su estructura buco-dental, favoreciendo la pronunciación de sonidos más claros y articulados?

Yo tiro la piedra, pero no escondo la mano. Porque la levanto y cuando se me diera permiso respondería a las dos preguntas anteriores con un rotundo "sí". Y en esto, Schopenhauer y su Voluntad se aparecerían a mi lado como el genio de Aladino y su lámpara de aceite. Porque sin que acertemos a verla actuar, la Voluntad mueve los hilos, nuestros hilos, y con ellos nosotros nos movemos, crecemos al mismo tiempo que en ellos, con los hilos nos vamos conformando. Sí, la Voluntad nos hace y nos incluye. Y apenas si como uno más. Racionales, sí, de acuerdo, pero sólo en ese detalle- y la importancia que le demos dependerá de cada uno de nosotros- cabría diferenciarnos de los otros animales que pueblan este planeta.

Luego la Voluntad nos habría hecho parlanchines. Pero antes, seguramente millones de años antes, la Materia, o la forma en que esa Voluntad se objetiviza y en la que se haría visible, se habría fraccionado y del choque, entre las diferentes partículas materiales, habrían surgido otras formas que al rozarse a su vez, o colisionar entre ellas habrían producido, aquella primera chispa de la que, posteriormente,, se habría generado ese fuego que nos habría calentado durante los fríos meses del invierno, que nos habría dejado los alimentos en inmejorables condiciones para ser engullidos y digeridos y finalmente, la lengua con más espacio, más suelta y las gargantas como felices y grandes pozos, de donde surgen los sonidos que, traspasando nuestras cuerdas vocales, pueden resonar audibles e inteligibles para toda la tribu.

SEGUNDO.- Y siguiendo estos dictados, ¿no podríamos, acaso, considerar que esta Voluntad está detrás, es ella misma, el "motor" de cada cambio, de cada uno de los pasos evolutivos que nos condicionan, sin dejar de estar inserta en cada uno de esos eslabones que irán dando forma a la señalada evolución conservándose, así, en ellos, en cada etapa como Voluntad-siempre-activa, que habría hecho de cada uno de los eslabones lo que realmente fueron, lo que realmente son y lo que realmente serán.

Y si nos quedáramos ya con el homo sapiens, como el resultado más logrado que la Voluntad habría impuesto a esa cadena evolutiva, no podríamos negar, entonces, que el propio homo es, ante cualquier circunstancia en la que pudiera verse envuelto, Voluntad, pero no solo en sí mismo, como cuerpo global, sino en cada una de las partes que lo conforman; partes, más o menos, evolucionadas, ya que siempre estaríamos considerándolas en el necesario presente que nos impone el cuerpo pero que, continuamente, se nos escurre de entre las manos.

Y, entonces, más madera porque a lomos de esre argumentario, ¿no nos estaría permitido pensar ahora que la facultad racional podría no estar, únicamente, incorporada y localizada en el cerebro humano sino en todas y cada una de esas partes que van componiendo nuestro cuerpo (humano)? Por supuesto que lo estarían haciendo en una mayor o menor medida, con una mayor o menor intensidad, con un grado de perfeccionamiento mayor o menor, siempre en función del grado evolutivo en el que ese miembro se encuentre. Porque habría que colegir- no creo que haya dudas al respecto- que no todas las partes de nuestro cuerpo piensan igual, con idéntica intensidad y perfección.

Porque acaso, ¿no piensa la boca, con su lengua y dientes?, ¿no nos descubre ella, la boca, con su matemático mecanismo buco-dental, la afilada espina de pescado que ha retirado, ¡antes de que el cerebro haya reparado en ella!, en un aparte que habría hecho que la boca no se la trague, al intuir que ese "trago" pudiera causar a nuestra globalidad corporal, a la Voluntad, un daño de consecuencias inciertas pero daño, al fin y al cabo, infringido y que nuestro cuerpo sufrirá en un mayor o menor grado?

¿O no piensan también los dedos?, ¿o no habríamos leído u oído hablar alguna vez cómo personas, que no se habrían sentido nunca especialmente inclinadas hacia la música, y a las que se les habría trasplantado, después de sufrir un accidente, la mano de otra persona, que en vida fuera pianista por ejemplo, han desarrollado repentinamente una afición por la música, por los sonidos de Orfeo? 

Luego estas funciones sensibles y cognitivas estarían extendidas, siempre en mayor o menor grado por supuesto- un pie no piensa igual que el cerebro- en cada uno de los miembros que articulan nuestro cuerpo. Ya mi experiencia personal me enseña que, mientras tecleo un texto cualquiera en mi ordenador personal, mi dedo detecta que ha cometido un error- no habría pulsado la tecla correcta, por ejemplo,- antes de que el cerebro, a través del ojo, lea el error impresionado en la pantalla.

Así me gusta pensar que el homo sapiens, que somos, continúa haciéndose. Como un totum compuesto por nfinidad de partes, por infinidad de miembros, y cada uno con su particular aptitud para enfrentarse al mundo, y con mayor o menor intensidad, con mayor o menor pericia. La mano coge, y piensa poco. El cerebro piensa- casi no sabe hacer otra cosa mientras está despierto, pero aún no se le habría visto coger nada. Sí, porque esta aptitud en él  bien podría resultar casi nula, ¿o pueden, acaso, las uñas reterner el sabor de una cereza?

Sí, cada maestrillo (cada miembro) se aplicaría a su cuadernillo (a su aptitud) pero eso no debería llevarnos a sostener que cada parte de nuestro organismo tenga sólo una, y nada más que una aptitud. Podría darse el caso... o no. Pero lo que sí estaríamos en condiciones de asegurar es que todas las aptitudes que en el mundo han sido, que se han desarrollado a lo largo de millones de años de evolución constante, habrían encontrado su más acertado acomodo en uno de los miembros con los que el homo contaba en aquellos momentos y que después la evolución habría borrado (seguramente la escucha de sonidos por debajo de determinados niveles acústicos), habría mantenido (la visión estereoscópica) o, incluso, habría perfeccionado o repartido, con mejor o peor suerte, entre todos y cada uno los miembros de la anatomía humana (la sensación de frío/calor los labios la perciben mejor que el hueso de la rótula, por ejemplo), o que se habría acentuado principalmente en uno de ellos (el cerebro y la racionalidad).

Por lo que, y a modo de punto y seguido- no podríamos tener otra perspectiva lingüística disertando sobre la evolución del hombre-, traería ahora a colación, y por terminar con algo menos árido y sí más amable, la reiterada y conocida expresión, ¡piensas con los pies!, y que habría que valorar, según lo visto y defendido, en su más acuciante globalidad aduciendo que no es que los pies no piensen, sino que piensan menos que el cerebro. Así no caigamos en la trampa de reducir la ratio de un pie al cero patatero. porque, seguramente, algo de materia gris tendremos pegada a la planta de los pies.

Leer más...

miércoles, 18 de septiembre de 2024

A HARD RAIN IS GONNA FALL

El otro día se me ocurrió este poemita, y me di cuenta que el temazo de Dylan A Hard Rain´s A-Gonna Fall le casaba como anillo al dedo. Modestia aparte. Si la canción fue compuesta por Dylan para el album The Freewheelin en 1963, el poema (No toco el agua), fue escrito por mí a finales de agosto de 2024. Por eso si Dylan, en su canción, hace referencia premonitoriamente "a la que va a caer" yo, menos pitoniso y menos todo, simplemente me habría asomado a la ventana y habría escrito "sobre la que está cayendo". Así que con más de 5 décadas de diferencia he reunido la canción y el poema en esta entrada. Y como siempre, espero que os guste y que os dé que pensar.


 

No toco el agua,-

No toco el agua.

Ni me asomo.

Ni se me ocurre.

Sólo la escucho caer.

¡Cómo arrecia!

Dylan no mentía:

A Hard Rain´s A-Gonna Fall.

Y no se quedó corto.

La lluvia es gorda y

¡cómo arrecia!

Así que toca prepararse.

Subirse los cuellos del chubasquero.

Apretarse los botones y los machos.

Convertir, sin que la magia intervenga,

las manos en guantes de piel.

Y el paraguas y las botas de goma

que no falten: las plantas de los pies, a salvo.

Y armarse entonces con los mejores ánimos

y salir después, a tumba abierta,

dispuesto a todo,

en inmejorables condiciones

para no mojarse,

aunque esté cayendo

la de dios es cristo.

Leer más...

jueves, 12 de septiembre de 2024

LOUIS REES-ZAMMIT PREFIERE EL FÚTBOL AMERICANO

Louis Rees-Zammit, otrora uno de los pilares del rugby galés, ya ha debutado vistiendo los colores de los Kansas City Chiefs en la Liga de Fútbol Americano, la NFL, para entendernos, y lo habría hecho el pasado 6 de septiembre con una sufrida victoria, ya que sus Chiefs se impusieron a los Ravens de Baltimore por 27-20.

La Prensa, porque de alguien tendré que fiarme puesto que no vi el partido ni en vivo ni en diferido, destacó su prometedor debut. Y confía en que, poco a poco, vaya adaptándose a sus compañeros y al propio juego, con similitudes, sí, pero con mayores e incontestables diferencias respecto al Rugby, que ha practicado como los ángeles hasta este año, de lo que pueda creerse o verse a simple vista, y despegue como un cohete. Prometo seguirle la pista. Pero bien pensado, ¿se puede hacer otra cosa que mejorar, con sólo 22 añitos?

Cierto que desde el viejo continente ya le echamos de menos pero la NFL y, en concreto, los Chiefs, nada menos que los actuales campeones, también le han echado, aunque en esta ocasión, un suculento caramelo en forma de millonario contrato sobre la mesa y que Louis no ha podido ni querido rechazar. Por algo, siempre ha dicho o lo dice ahora, que nunca se sabe, que su sueño ha sido cruzar el charco y colocarse sobre su cabeza ese vistoso casco de buceador que distingue a los jugadores del fútbol americano.

Porque Louis lo ha querido, pero la NFL no le ha puesto pegas. Antes al contrario: en el país de las Barras&Estrellas, donde el espectáculo debe envolver cualquier acontecimiento que se precie, el galés, porque Louis es galés, tiene muchos triunfos en la mano y, sobre todo, un comodín que no puede dejar de enseñar más que cuando duerme con la cara contra la almohada,  ya que, y se lo decimos a la cara y valga la redundancia (jeje), Louis Rees-Zammit es un guaperas de-aquí-te-espero, y eso en el país de las Barras&Estrellas se cotiza y se valora como el oro puro. Y ahora, en este punto, bien pudiéramos traer a colación una de las máximas que rige en el mencionado país y que, más o menos, diría que en el mundo no habría ni pobres ni ricos sino, tan sólo, feos y guapos.

Y en estas lides Louis saca pecho. Pocos le aventajan o eso he creído desde la primera vez que le vi vistiendo la camisetas de los gloriosos Dragones que es como se conoce, y permitidme la aclaración, sobre todo para aquellos a los que el Rugby les pilla a desmano, a la gloriosa selección galesa. Pero Louis expresó sus deseos de cambiar de aires y, aunque muchos nos resistíamos a creerle, al final nuestro gozo ha caído en el pozo: se nos fueron a hacer las américas la juventud y la belleza a cambio de un sucio puñado de dólares (perdón, Sergio) y dejaremos de disfrutar con su magistral juego durante un tiempo largo-largote en este deporte nuestro de los "15 gladiadores". Se me habría ocurrido llamarle así en un arranque de originalidad (sic). Pero decid, rugby, y ahí me seguiréis teniendo.

Y claro que la "tela" algo, o muchísimo algo, habrá tenido que ver en este salto que Louis ha efectuado desde Gales a Kansas City. No lo niego. Pero sus años y su físico bastante han contribuído también. Porque joven y guapo Louis está, ahora, donde más se aprecian y se cotizan esas dos cualidades; sobre todo, la última de ellas. Porque con ellas Louis vende, venderá un motón de camisetas, hará que las cheerleaders (sí, las chicas-bombón que entretienen al público con sus bailes y acrobacias durante los partidos de Football) se meneen aún con más ganas y picardía, que las hinchas enloquezcan  y se rifen sus huesos galeses mientras que a los hinchas quizá no les termine de convencer su juego, porque se esperaban más de este Adonis que vino desde la lejana Gales, pero más guapo que un atardecer en la playa de Waikiki. Eso sí, Louis dejará de escuchar y entonar el estremecedor Tierra de mis Padres, 
https://www.youtube.com/watch?v=aVZHklqNGoo&pp=ygURcnVnYnkgaGltbm8gZ2FsZXM%3D
 el Himno de Gales porque ya debería saber que todo-todo, nunca se puede tener. Nosotros, mientras tanto, seguiremos aus andanzas al otro lado del charco.

Leer más...