Después de dos semanas de encierro (y no precisamente de San Fermín), y a punto de empezar los segundos 15, ya vale. Así que echemos en un vaso un poco de eso que podríamos llamar “creernos los mejores”. Loquillo ya nos dijo que lo fuimos, y no tenemos porqué pensar que no seguimos siéndolo. Luego al vaso Cuando fuimos los mejores.
Después escanciar en él
algunas migajas de “creernos los más valientes”; herederos directos de Curzio,
aquel romano al que durante los primeros años de la República le pidieron que se precipitara en el enorme abismo que se había abierto en el
centro del Foro, ya que el oráculo había declarado que para que éste se cerrara
sería necesario tirar en él aquello que tuvieran de más valor.
Cuando Curzio se arrojó al abismo, el abismo se cerró detrás de él. O sea Curzio y revolver.
Y, por último, creer que venceremos: Nessum Dorma,
Puccini. Y volver a revolver, y todo pa´dentro, de un buen trago.
Y ya veréis cómo vencemos a esta
jodida pandemia; y a todo lo que se nos ponga por delante. ¡Promesa de Loquillo, de Curzio, de Pavarotti, y de un blogero-confinado!
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