Tu quoque Brute?[1]
Desde hace años dice el pueblo que las mujeres andan
revueltas. Y como en estos lares presumimos de vivir en una democracia, parece
que al pueblo nadie puede llevarle la contraria sin arriesgarse a recibir una
justa coñeja. En todo lo que el pueblo dice siempre lleva la razón de su lado. Y
esa compañía resulta demoledora. Aunque sean, sobre todo, los hombres quienes
repitan la frase en cuestión como uno de esos lugares tan gratos y comunes al
género masculino, las mujeres no les van a la zaga, aunque no la pronuncien tan
a menudo y aunque, cuando lo hagan añadan a la sentencia un incontestable, nuestros motivos tendremos. Así que algo
de muy cierto debe haber en todo esto.
Porque el caso es que, por uno u otro motivo, y con las
necesarias matizaciones al margen, parece que, por una vez, todos y todas estaríamos
más o menos de acuerdo. Y la frasecita se ha quedado en nuestros días como un
remedo tan categórico como “el más vale pájaro en mano que…”. Y no continúo.
Porque los que me conocen ya saben que a mí el refranero me produce
urticaria. O echaros un vistazo, por si os apetece conocer mis argumentos, a la
entrada aquélla que subí a este mismo blog
(lavueltaylatuerca.blogspot.com) en abril de 2013. Y ahí os daréis cuenta
además que este blog es, precisamente,
eso: una de esas “matizaciones al margen” a las que aludía en el párrafo precedente.
Porque hoy ando entretenido con la portada del número de
Otoño-Invierno 2015 de la revista TELVA BELLEZA, un reconocido icono del universo
femenino. Y me detengo un segundo, no, dos, no, … ¡un minuto! Porque la portada
merece la pena. La reproduzco aquí abajo para que el que lea esto pueda emitir
su pertinente juicio.
Yo estoy dispuesto a rebatir cualquier opinión en contra.
Porque la modelo de la portada del TELVA BELLEZA del número de Otoño-Invierno
2015 es un reclamo a la felicidad. La chica se mordisquea o se acaricia los
labios con el dedo índice. Y te mira, ¡Y cómo! Como si esperara paciente a que
le dijeras algo que le va a divertir, algo que ella sabe muy bien que es una
piadosa mentira y que tú, sin embargo, esperas que no sepa que lo es y esperas,
por el contrario, que se la trague o que te haga pensar a ti que se la ha
tragado.
Y mientras, te observa. Sus ojos te desafían divertidos. Te
proponen un juego; un juego al que a ti te apetece jugar. ¡Por supuesto! Y todo
el tiempo que haga falta. Infinito. Infinitamente. O hasta que uno de los dos se
dé por vencido. O hasta que haya que irse a la cama. Y empezar a darle vueltas
a la cabeza… E imaginar que mañana, con dos c…, te despides del trabajo, saqueas
la entidad bancaria de la vuelta de la esquina a punta de pistola de `pega sin
que se note, y te fugas con ella, con esa
mirada segura y desafiante hasta cualquier isla paradisíaca donde el móvil
sea un artilugio tan extraño como un bolígrafo para un Neandertal.
Y tuerzo la hoja, la portada del TELVA BELLEZA, del número
de Otoño-Invierno de 2015 y busco el nombre de la modelo entre la lista de
directores, subdirectores, redactores, maquetadotes, colaboradores, técnicos de
fotomecánica, secretarias, archiveros, coordinadores, grafistas y… su puta
madre, ¡Y no la localizo! ¡¡TELVA BELLEZA, ese icono del imaginario femenino,
ni tan siquiera la cita, se olvida de ella, pasa de largo sobre su nombre y
apellido, sobre esa mujer que ha ilustrado su portada de Otoño-Invierno de 2015
y que le habrá hecho vender ¿cuántos ejemplares?!! ¿Cómo no van a estar todas las
mujeres revueltas! ¡El enemigo se les ha metido en su propia casa!
Una verdadera lástima, sí. Casi una calamidad. Cuando el
ninguneo, cuando el sopapo en el amor propio viene de tu propia mano. Cuando no
se le reconocen a uno, a ella en este caso, en realidad a todas las mujeres que
salen retratadas en las páginas del TELVA BELEZA, los méritos indiscutibles de
un trabajo muy bien hecho. ¿TANTO COSTARÁ, ME PREGUNTO, INCLUIR, Y HACER DE
PASO JUSTICIA, UN PIE DE FOTO CON SUS NOMBRES?
Pero yo continúo con esos ojos que me miran desde el
Otoño-Invierno 2015. Y no, nada hay, no busques, ni una miserable pista que me oriente
sobre tu nombre. Sí, porque a menudo para deshacer los desaguisados y las
discriminaciones conviene también que echemos un vistazo a nuestro propio colectivo
discriminado. Y ni lo dudes. Porque seguro que ya has roto más de un plato.
Nosotros los hombres también hacemos lo que hacemos. Burradas, muchas veces. No
lo niego. Pero tampoco vosotras debierais iros de rositas. TELVA BELLEZA, en ese
número de Otoño-Invierno 2015 te ha enseñado muy bien cómo se las gasta. ¡Ni una
diminuta referencia te ha dedicado para sacarte del fatal anonimato! Porque, no
te engañes, ser anónima es el primer paso, el primer y firme paso que antecede
a cualquier prejuicio bien orquestado. Y os la hacen a todas vosotras, anónimas,
y a ti, desconocida a mi pesar, que ojala mañana a estas horas hayas aceptado
mi propuesta y estés a mi lado en esa isla donde los teléfonos no existen
todavía.
[1] El famoso ¿Tú también Bruto? que le espetaba Julio
César a Bruto cuando descubría que éste, al que quería como a un hijo, formaba
parte de la caterva que le estaba matando. Y es que, según lo que expongo,
también TELVA BELLEZA, detrás de su lujosa e inofensiva presentación, se estaría revolviendo contra sus propias
“hijas” o modelos.
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