El Campeonato del Mundo de Rugby 2015 empezó el 18 de
septiembre y desde entonces estoy flipando…
con la afluencia a los estadios. Al término de la fase de grupos el total de espectadores asciende casi a ¡2000.000! de personas. Y, por ejemplo, el Irlanda vs. Rumania fue presenciado en un Wembley abarrotado por 90.000 espectadores.
Con la ceremonia de los himnos que antecede a cada partido. Ver a los 30 jugadores abrazados sobre el césped mientras se escuchan las notas de los himnos nacionales es en sí mismo un espectáculo. A mí, por lo menos, la carne se me pone a menudo de gallina, y a algunos jugadores los ojos les brillan con las lágrimas. Y el partido aún no ha comenzado.
Con los sofisticados medios con los que cuenta el árbitro
para decidir sobre una determinado lance del juego. La repetición de la jugada,
desde múltiples ángulos, usando el zoom
digital si fuera preciso, y viéndose todo ello a través de las pantallas de
vídeo instaladas en el campo y sin que las aficiones ni nadie se vuelva loco
con ello, no me parece sino el mejor ejemplo de civismo y del uso de la ciencia
para, lejos de menoscabar, reafirmar la autoridad del árbitro que se hace así
más justo y respetado.
Con el ambientazo multicolor con el que las diferentes
aficiones están poblando las gradas de los estadios. El buen rollo, la
diversión, las ¡cañas de cerveza!, los disfraces y trajes típicos del país con
los que aficionados asisten a los encuentros, hacen que los partidos sean mucho
más que un partido.
Con la humilde selección japonesa que, perdiendo por tres
puntos (29-32) contra la poderosa Sudáfrica, renuncia en el último segundo a un
golpe de castigo que le hubiera dado un increíble empate, y prefiere jugárselo
todo a una carta. Lanza el balón a touch
y después obtiene el ensayo posiblemente más famoso en las Copas del Mundo de
Rugby. Resultado final: 32-34.
Con el terrible choque entre Inglaterra y Gales que terminó con el triunfo de los segundos, en un partido memorable. Y que hizo que, finalmente, Inglaterra tras su derrota frente a Australia quedara eliminada de su Mundial. Primera vez que esto sucedía: que el organizador quedara fuera del torneo en
Con las hakas de
los impresionantes All Blacks, el
equipazo de Nueva Zelanda, y las otras danzas guerreras que los equipos del
Pacífico, Fiji, Samoa, Tonga, bailan antes del kick-off frente a sus rivales tratando con sus gritos y cánticos de
amedrentarles antes de que el oval se ponga en juego.
Con la exquisita deportividad de los contendientes, que al
finalizar los partidos, y sea cual fuere el resultado, se dan la enhorabuena,
se estrechan las manos y hacen mutua y consecutivamente el pasillo a los
rivales. Ni un mal gesto en estos colosos de más de 100kilos de carne engrasada
para luchar y ganar.
Y todo esto ha ocurrido sólo
hasta el domingo pasado cuando finalizó la primera fase, la fase de Grupos. Pero
a partir del sábado, los cuartos de final, ya a partido único: Nueva
Zelanda-Francia, Irlanda-Argentina, Sudáfrica-Gales, Australia-Escocia. Me
froto las manos. ¡Qué gozada!
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