lunes, 5 de octubre de 2015

ANDRÉS MONTES & WALT WHITMAN: "SI LO INTENTAS ES MUY FÁCIL"


 
El 16 de octubre se cumplirán 6 años de la muerte, del comentarista deportivo Andrés Montes. Y ahora vamos a echarle más de menos. A recordar alguna de sus famosas muletillas de las que muchos periodistas siguen echando mano sin citar, desagradecidos, la fuente de la que proceden, como si les hubieran llovido del cielo. Los “jugones”, los “tiqui-taca” y etc. siguen estando en boca de muchos de estos locutores que no harían mal en reconocer y soltar, de vez en cuando, algún que otro recuerdo a la fuente original que no es el cielo precisamente, aunque Andrés seguro que les está vigilando desde allí.

Pero nosotros le recordamos en este sexto aniversario y le citamos al ruedo con una de sus más célebres frases. Aquélla que dice y canta (si nos acompaña el soniquete con que Andrés la pronunciaba): si lo intentas es muy fácil. Y como ando estos días liado con un empacho de Walt Whitman, con sus Hojas de hierba, y he llegado justo hoy a la bonita En este momento, anhelante y pensativo, el recuerdo de Andrés se me ha hecho presente por partida triple: por la fecha, por la muletilla y por el poema en cuestión. Y he juntado las tres veces. Y he pensado que si Andrés fue un gran cronista deportivo, con un estilo inconfundible e inimitable, un renovador en su faceta del lenguaje como pocos hay y ha habido, Walt Whitman no le queda a la zaga, un poeta de los que tampoco el mundo produce sino uno o dos en cada siglo. Como para que nosotros, humildes y mortales humanos de andar por casa en zapatillas, reparemos en ellos, en Andrés y en Walt, sin tantas dificultades. Porque si alguien me pregunta por estos renovadores, y querría saber a qué demonios me refiero con eso de la “grandeza” y de lo “inimitable” no se me ocurriría otro argumento que hacer hincapié en que la obra y legado de estos cronistas, poetas y también novelistas, músicos, pintores y escultores y arquitectos, y mucho más allá de su contrastada originalidad y calidad, construyen con su ingenio un universo sin precedentes donde cabe acomodar todas las cosas de este mundo. Porque más que personas, son modos de ser. Y Andrés es uno de esos, de los más inolvidables.

Como también les pasa a Faulkner, al Proust de En busca del tiempo perdido, a Miguel Ángel o Leonardo, al Beethoven de la 9ª Sinfonía o del 5º Concierto para piano, a Frank Gehry, a Picasso, a Kandinski, a Mahler y al Visconti de Rocco, al Tarkovski de Andrei Rublov o al Fellini de El Casanova, o al Lou Reed del Rock n´Roll Animal. Y cada uno en lo suyo. Y en su género. Y con su genialidad. Pero yo, aquí y ahora, me detendría y volvería a Whitman. Porque si lo intentas y consigues creer en aquello que el poeta americano nos escribe en el poema que he citado arriba y con el que termino más abajo, quizás cualquiera de nosotros pudiera aportar un minúsculo pero valiosísimo granito de arena para que la cordura, en estos tiempos de zozobras y calamidades, no siga empeñada en abandonar este planeta a los mandos de la más supersónica de las naves espaciales. Sí, Andrés. Tú nos lo enseñaste: es muy fácil. Y en este momento anhelante y pensativo, me ayuda. Y con el verso te recuerdo. Después de 6 añazos. ¡Sí, ya han pasado 6 desde que el “gran jugón” nos dejó aquella triste mañana del 16 de octubre con la sonrisa congelada en los labios!... ¡Cómo pasa el tiempo, joder! Por eso me doy prisa, y abro la página de Whitman y leo en voz alta…
 
En este momento anhelante y pensativo, sentado a solas

me parece que hay otros hombres, anhelantes y

pensativos;

me parece que puedo tender la mirada y verlos en Alemania,

Italia, Francia y España,

o lejos, muy lejos, en China, o en Rusia o Japón, hablando otros

dialectos;

y me parece que, si conociera a esos hombres, me sentiría tan

unido a ellos como a los de mi propia tierra.

Oh, sé que seríamos hermanos y amantes;

sé que sería feliz con ellos.

Y sigo pensando más que nunca en Andrés canturreando y sin dejar de animarnos con su muletilla, si lo intentas es muy fácil…. Por eso, ¿qué tal si nos ponemos manos a la obra, le hacemos caso y lo intentamos de verdad? Andrés nos lo agradecería. Seguro.

1 comentario:

  1. Un grande de la noche en la NBA, después en el futbol me fue menos.

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