El 16 de
octubre se cumplirán 6 años de la muerte, del comentarista deportivo Andrés
Montes. Y ahora vamos a echarle más de
menos. A recordar alguna de sus famosas muletillas de las que muchos
periodistas siguen echando mano sin citar, desagradecidos, la fuente de la que
proceden, como si les hubieran llovido del cielo. Los “jugones”, los “tiqui-taca”
y etc. siguen estando en boca de muchos de estos locutores que no harían mal en
reconocer y soltar, de vez en cuando, algún que otro recuerdo a la fuente original que no es el cielo
precisamente, aunque Andrés seguro que les está vigilando desde allí.
Pero
nosotros le recordamos en este sexto aniversario y le citamos al ruedo con una
de sus más célebres frases. Aquélla que dice y canta (si nos acompaña el
soniquete con que Andrés la pronunciaba): si
lo intentas es muy fácil. Y como ando estos días liado con un empacho de
Walt Whitman, con sus Hojas de hierba,
y he llegado justo hoy a la bonita En
este momento, anhelante y pensativo, el recuerdo de Andrés se me ha hecho
presente por partida triple: por la fecha, por la muletilla y por el poema en
cuestión. Y he juntado las tres veces. Y he pensado que si Andrés fue un gran
cronista deportivo, con un estilo inconfundible e inimitable, un renovador en
su faceta del lenguaje como pocos hay y ha habido, Walt Whitman no le queda a
la zaga, un poeta de los que tampoco el mundo produce sino uno o dos en cada
siglo. Como para que nosotros, humildes y mortales humanos de andar por casa en
zapatillas, reparemos en ellos, en Andrés y en Walt, sin tantas dificultades. Porque
si alguien me pregunta por estos renovadores, y querría saber a qué demonios me
refiero con eso de la “grandeza” y de lo “inimitable” no se me ocurriría otro
argumento que hacer hincapié en que la obra y legado de estos cronistas, poetas
y también novelistas, músicos, pintores y escultores y arquitectos, y mucho más
allá de su contrastada originalidad y calidad, construyen con su ingenio un universo
sin precedentes donde cabe acomodar todas las cosas de este mundo. Porque más
que personas, son modos de ser. Y
Andrés es uno de esos, de los más inolvidables.
Como también
les pasa a Faulkner, al Proust de En
busca del tiempo perdido, a Miguel Ángel o Leonardo, al Beethoven de la 9ª Sinfonía o del 5º Concierto para piano, a Frank Gehry, a Picasso, a Kandinski, a
Mahler y al Visconti de Rocco, al
Tarkovski de Andrei Rublov o al
Fellini de El Casanova, o al Lou Reed
del Rock n´Roll Animal. Y cada uno en
lo suyo. Y en su género. Y con su genialidad. Pero yo, aquí y ahora, me detendría
y volvería a Whitman. Porque si lo intentas
y consigues creer en aquello que el poeta americano nos escribe en el poema que
he citado arriba y con el que termino más abajo, quizás cualquiera de nosotros
pudiera aportar un minúsculo pero valiosísimo granito de arena para que la
cordura, en estos tiempos de zozobras y calamidades, no siga empeñada en abandonar
este planeta a los mandos de la más supersónica de las naves espaciales. Sí,
Andrés. Tú nos lo enseñaste: es muy fácil.
Y en este momento anhelante y pensativo,
me ayuda. Y con el verso te recuerdo. Después de 6 añazos. ¡Sí, ya han pasado 6
desde que el “gran jugón” nos dejó aquella triste mañana del 16 de octubre con
la sonrisa congelada en los labios!... ¡Cómo pasa el tiempo, joder! Por eso me
doy prisa, y abro la página de Whitman y leo en voz alta…
me parece que hay otros hombres, anhelantes y
pensativos;
me parece que puedo tender la mirada y verlos en Alemania,
Italia, Francia y España,
o lejos, muy lejos, en China, o en Rusia o Japón, hablando otros
dialectos;
y me parece que, si conociera a esos hombres, me sentiría tan
unido a ellos como a los de mi propia tierra.
Oh, sé que seríamos hermanos y amantes;
sé que sería feliz con ellos.
Y sigo pensando más que nunca en Andrés canturreando
y sin dejar de animarnos con su muletilla, si
lo intentas es muy fácil…. Por eso, ¿qué tal si nos ponemos manos a la obra,
le hacemos caso y lo intentamos de verdad? Andrés nos lo agradecería. Seguro.
Un grande de la noche en la NBA, después en el futbol me fue menos.
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