jueves, 18 de abril de 2024

BOLETÍN DE NOTICIAS


18 de abril de 2024. Opinión. Se acercan las Elecciones Vascas. Faltan 3 días y parece que la "peña" anda desorientada. ¿A cuenta de qué viene ahora ese desmarque del PSE respecto a BILDU, cuando tan bien se habían llevado hasta ahora?, se preguntan rascándose la cabeza. Pero incluso los analistas, tan sesudos ellos, andan igualmente desconcertados. No entienden. Y, entonces, aquí llego yo para echarles un capote, y sugerirles que los sociatas, a cuenta de los despropósitos en los que vienen incurriendo una y otra vez en la gobernanza del país, están viendo cómo BILDU se va apropiando de unos votos que hasta antesdeayer eran de su única propiedad. Sí, los abertzales suman lo que a ellos se les resta.

Y esto no puede ser, habría resuelto el PSE pegando un golpe en la mesa. ¡Que nos devuelvan los votos!, gritan como lo que son, como niños malcriados. Y vuelta a empezar. La consabida monserga. Que si BILDU no condena el terrorismo. Que si para ellos, ETA no es una banda terrorista, sino un grupo armado. Etc, etc, etc. ¿Pero no estamos oyendo lo mismo desde que Dios-dio-la última-voz? Sí, claro, nos han salido canas escuchando  semejante tar-ta-mu-deo. Pero no importa. No se le habría ocurrido nada mejor. Y el PSE asiente y se encoge de hombros. Para que no se les acuse de decir esto y luego, lo contrario, porque ahora- sí, con el agua subida hasta el pescuezo (los sondeos nos les auguran nada bueno ni bonito- sólo dicen esto y esto y lo mismo. Luego, ¿en qué quedamos? Pues en un empate, se me ocurre apuntar, en un "lo de siempre". En una barraca que sólo gira y gira. En este disparate en el que se ha convertido nuestra política y en el que, todavía (ya-les-vale), nuestros niños malcriados quieren subirse y montar el caballito de madera. Sin pagar, por supuesto.  







27 de marzo de 2024. Opinión. Ya me parecía raro eso de que las embarcaciones que escoltaran a la flamante Gabarra del Athletic en su triunfal travesía por la Ría, en el caso de que el equipo ganara la Copa, por supuesto, tuvieran que pagar un "canon" que puede ascender hasta los 3000€, no hubiera levantado ninguna ampollita. Pero hoy ya me he despertado con la Prensa donde más de un colectivo anda poniendo el grito por el cielo.

Normal. Ya era hora, que diría aquél que nunca dice nada. Pero amig@s, esto es lo que hay. Si somos el "único equipo del mundo que juega sin extranjeros", si somos el "único equipo que se nutre sólo con jugadores de la tierra y/o de la cantera para diseñar su plantilla", si somos, en definitiva, "un equipo único en el mundo-mundial", entonces habrá que atenerse a las consecuencias, y no ser como los demás que siempre tratan de trapiñar, de sacar beneficios a cualquier oportunidad que se les presenta a mano. Por ejemplo, de las celebraciones de un título de la Copa del Rey.

Por eso, confío en que se recapacite y se dé marcha atrás. El Athletic no se merece semejante cutrerio. Por eso somos "un equipo único en el mundo". Por eso la Gabarra no puede ser "otro negocio más". Me duele hasta pensarlo.


14 de marzo de 2024. Política. Desde ayer parece que todo puede volar, sí, no te equivoques: volar, saltar por los aires. Catalunya ha convocado elecciones anticipadas. Normal, si nosotros estamos hartos, no quiero imaginarme cómo estarán ellos. Pero este adelanto es todo un torpedo en la linea de flotación de las huestes que se agrupan en torno a Pedro Sánchez. La cosa está calentita. Quizá hasta la Moncloa se tambalee y caiga a tierra. Lo impredecible es siempre nuestro peor enemigo. Sí, nadie sabe lo que va a encontrarse a la vuelta de la esquina. Carmelo Encinas lo decía la pasada noche, quien sabe, se preguntaba y yo, entonces, me acordé de Who Knows, el temazo de Jimi Hendrix. Sí, música muy, muy peligrosa.




 
4 de febrero de 2024. Deportes
.José Félix Cachorro firmaba en El Correo un artículo con el título "Fallece Franco Martínez, el hombre que puso dos apellidos a todos los árbitros" y que me aclaraba una duda que siempre había tenido, pero que nunca me había atrevido a preguntar, ¿por que en el deporte se designa siempre a los árbitros con dos apellidos? Por ejemplo, Urízar Azpitarte.

El tema siempre me había llamado la atención, y nadie me daba una explicación mínimamente coherente, Pero, ¿es que no basta con un solo apelldo?, me preguntaba. Y por lo visto no, y yo, con la duda, ¿por qué coño no basta?... hasta ayer cuando me encontré con el titular que he mencionado al principio de esta entrada,y seguía el artículo, que firma José Félix Cachorro, hablando que Franco Martínez había arbitrado, entre otros, aquella inolvidable Final de Copa del 84, en la que el Athletic derrotó al Barça de Maradona por 1-0 en el Bernabeu desatando la, no menos inolvidable, tangana con la participación estelar de Bruce "Migueli" Lee.

Pero es que además Franco Martínez había hecho que, debido a la coincidencia de su primer apellido con el del dictador que, por entonces, mandaba en España, se añadiera a su primer apellido, el segundo para evitar, de este modo, que la gradas y las distintas aficiones pudieran gritar llegado el caso, ¡Franco retírate!, o con más mala uva, ¡Franco cabrón, irás al paredón! Y así, con los dos apellidos, se terminaba con el posible "delito" y todos más tranquilos que unas pascuas.

O no. Porque a mí la piel se me iba poniendo de gallina mientras leía las palabras escritas por José Félix. Porque me hacen pensar en el país (de pandereta) donde había nacido, en las "hondas" preocupaciones que, por aquel entonces, atormentaban las mentes de nuestros dirigentes.

Aunque no debería haber bien que por mal no viniera, y así, sabiendo de dónde venimos, quizá entandamos, ¡por fin!, esto que tenemos entres manos, y no nos las llevemos tanto a la cabeza cuando vemos, y éste sería otro ejemplo, la impresentable trifulca que se ha montado con esa canción, sí eso dicen algunos que es, que pretende representarnos en Eurovisión, y de cuyo título prefiero no acordarme.




25 de enero de 2024. Deportes y Sociedad.
Siempre se dice que esta vida, que nos está tocando vivir va a toda hostia, y que no lleva enganchados por las solapas con la lengua fuera. Yo mismo lo he escrito muchas veces. Pero como a toda cruz siempre le toca una cara. Y es entonces cuando hablo del jugador del Athletic Iñaki Williams. Hace 29 años, su padre y su madre embarazada emprendieron desde África, desde Ghana en concreto, ese larguísimo viaje que muchos han intentado realizar y que muchos no han vivido para contarlo. Por suerte, Iñaki sin serntirlo, ¿o lo sentía en el vientre de su madre?, pudo lograrlo.

Ayer, sólo 29 años deapués, voló hasta Bilbao desde Costa de Marfil, donde disputaba con la Selección de su país la Copa de África, en un vuelo privado para jugar los Cuartos de Final de la Copa del Rey contra el todopoderoso Barcelona. Y llegó con la lengua fuera, como no podría ser de otro modo en este mundo en el que estamos. Pero salió desde el banquillo a los 60 minutos y marcó en el último de la primera parte de la prórroga. Fue las estocada que dejó herido de muerte al Barcelona. Fue el 3-2. ¡Fue la locura! Y el Athletic jugará su 5ª SF de Copa consecutiva. ¡Toma ya!

Pero a lo que iba al principio de estas líneas. La vida va a todo hostia. OK. Lo que nos tiene con la lengua fuera: CRUZ. Pero que también consigue que, ¡EN SÓLO 29 AÑOS!, la familia Williams haya pasado de ensuciarse los pies con la arena del desierto, a tocar el Cielo con las manos. Hace 2000 años, en pleno apogeo del Imperio Romano, ¿cuántos años, digo, cuántas generaciones debían trascurrir para que una esclava, por ejemplo, dejara de engendrar esclavos y direra a ,uz, ¡por fin!, a un liberto? Luego, tal vez, haya que reconocer que gracias a esta globalización, a la que muchos tienen "por el cuello" (yo mismo a veces, lo reconozco), el Sueño Americano es ahora un sueño que cualquiera de nosotros podemos soñar: CARA  



21 de agosto de 2023
. Deportes. Y habrá que hablar, y hablaremos sobre Carlos Alcaraz. La final del Master Serie de Cincinatti que jugó y perdió contras Djokovic fue más que un simple partido de tenis, un épico enfrentamiento en el que las chispas (y no sólo por el calor- 33º, y más en la pista) saltaban por los aires en cada punto, jugado siempre a cara perro. Cierto que con los años Djokovic ha aprendido de Nadal, y que ahora su juego (también más acorde con sus años- 36) se ha apaciguado. Tarda en sacar una eternidad e imprime una pegajosa modorra al ritmo del partido. Claro, 3 horas y media duró su cara a cara con Carlos. La final más larga en la Historia centenaria del tormeo. Y Alcaraz no debería jugar a eso. Y nunca contra Djokovic. Alcaraz puede, y debe, imprimir a su juego mayor velocidad que nunca. Que desarbole la pachorra del viejo Djokovic que ya empieza botando mil veces la bola antes de sacar.

Porque con Carlos a Djokovic le entrado, además, una verdadera china en el zapato ya si por algo, a lo largo de su increíble y larga carrera, se ha distinguido su juego es por haber sido el mejor tenista jugando los tantos decisivos. Por ejemplo, las ventajas y, sobre todo, los puntos en donde se dirimen las roturas de saque que, finalmente, son los que dictaminan que el partido se decante hacia uno u otro lado. Federer y Nadal podrían hablar largo y tendido sobre esta capacidad del serbio de dar lo mejor de sí mismo cuando se encuentra entre la espada y la pared.

Y ahí está lo verdaderamente sorprendente y genial del tenista español, aquello que todavía tiene a Djokovic alucinado ya que,por primera vez en su carrera, se ha topado con un jugador que no sólamente no se arruga en esos instantes de win or die, que dirían los americanos, sino que incluso ¡le supera! Y Djokovic sabe que esta "novedad" hará que sus enfrentamientos con Alcaraz tengan todos los visos de convertirse en auténticos duelos de titanes, con permiso de John Sturges y de su famosa película.

Consultad sino, los puntos de rotura que Djoko
vic y Alcaraz tuvieron que afrontar en su último enfrentamiento, en la mencionada final de Cincinatti. Alcaraz convirtió 4 de 10, pero Djokovic únicamente 3 de ¡16! Lo nunca visto. Lo nunca "sufrido" por el serbio. Por eso ha aprendido (¡maldita sea, para él!) que lejos del plácido y exitoso panorama que se le presentaba para estos últimos años de carrera en ausencia de Roger y Rafa (récords y más récords), ahora va a tener que aprender (¡a sus años y con el montonazo de pasta que ha acumulado en sus diferentes cuentas corrientes!) a bailar con la más fea, con ese Alcaraz que le aventaja en el terreno donde él siempre había resultado intratable. Porque ahora, en muchas ocasiones, en muchas más de las que tenía previstas, en esos win or die, va a tener que morder el polvo y continuar jugando, después, con esa molestísima sensación entre sus dientes de chacal 
  



15 de junio de 2023. Deportes. Sí, más deporte porque después de los apasionantes play-offs de la NBA, que han terminado coronando a Denver como campeón por 1ª VEZ DESDE SU FUNDACIÓN EN 1967, les llega ahora el turno a nuestras finales ACB. Pero, no nos engañemos, cualquier parecido con la competición que se juega al otro lado del charco es pura casualidad, a pesar de que aquí también tenemos bases, pivots, tiempos muertos y canastas inverosímiles. Aunque lo que sí NO TENEMOS es lo más importante de todo: la competición. Así que un año más, y van..., BarÇa-Madrid; Madrid-BarÇa; que tanto monta, monta tanto.

Aunque no debiéramos pecar de injustos porque lo nuestro, en realidad, no es puramente una competición sino más bien una Liga donde hay dos equipos verdaderos (ya los he mencionado) y otros 16 que no dejan de ser equipos convenidos de los dos anteriores, equipos cantera, filiales suyos en potencia y acto. Y entonces, y en estas circunstancias, la competición desaparece, y se transmuta en un simple cara a cara, y concedo lo de a cara-perro pero sin mayor trascendencia que averiguar a quién le va a tocar (como si estuviéramos hablando de la Bonoloto) el campeonato este año.

Y la verdad, llegados hasta este punto, siento un terrible perezón con sólo pensar en quién se va a llevar el gato al agua. Porque al año que viene le tocará al otro, y al otro, al otro. Y al otro, ¿a quién? Pues al otro, coño. Y es que por estos lares siempre ganan los mismos. Sí, "igualito" que en la NBA: un balón, cinco jugadores y tres árbitros. Sí, pero con la misma diferencia que existe entre un exaltado brinco en la butaca y un bostezo tratando de coger postura.



12 de junio de 2023. Deportes. La Final de la Champions en poco más de 300 caracteres,-
El partido no fue nada del otro jueves; una Final de "arte y ensayo": sólo apta para futboleros de vocación. Y la pudo ganar cualquiera. Lo que hablaría en favor del equipo de Inzaghi pero, sin embargo, la Orejona la levantó Guardiola. Ya se sabe, el futbol y la justicia, aceite y agua. Aunque esto es lo bonito del juego, ¿verdad?


11 de mayo de 2023. Opinión. Se cumplieron las previsiones. Y esta vez, y sin que sirva de precedente (¡eso nunca!) acerté. El Madrid remontó la eliminatoria contra el Partizan pasando de un 0-2 a un 3-2 (dicen las estadísticas que por 1ª vez en la Historia de la Euroleague), y que les lleva a disputar la Final Four 2023 de Kaunas. Esto es, y a mis efectos y a lo que verdaderamente me importa, el gen competitivo del grupo estuvo por encima del gen competitivo individual. o dicho de una manera más clarita: el gen competitivo del Madrid, con todo lo que ese nombre engloba (al
trainer Chus, al pabellón, el Winzink Center y a la afición que lo llena, a su casi centenaria historia, etc., etc.) derrotó al gen competitivo de uno, Zeljko Obradovic, o del otro, el estratosférico Kevin Punter al que, en los momentos donde el partido definitivo se cocinaba, no se le vio por ningún lado del comedor o de la cancha, mejor escrito, o a quien sus compañeros no le buscaron para que se tirase hasta las zapatillas aprovechando que Kevin estaba on fire. Pero no. That´s Europe. Y aquí jugamos todos, o no juega nadie. Y así la espléndida antorcha de Punter se apagó engullida por la terca avaricia y miopía de su propio equipo y el saber hacer del rival merengue.

Claro que para quien esto suscribe, la explicación está chupada. Lo he dicho: el partido se jugaba en Europa, y esto es baloncesto FIBA, y no la NBA americana. Y aquí prima el equipo sobre las individualidades, y el juego se juega en grupo, o no se juega. Así que ¡viva el equipo! y ¡fuera los mamones que se creen que sólo juegan ellos!, gritarían los aficionados made in Europe. Pero, ojito, que al otro lado del charco, con el juego obedeciendo los patrones "filoestrellas" de la NBA, con todo su equipo asumiendo el liderazgo de Punter y subordinándose a sus genialidades; esto es, jugando para-por-según-sin-sobre-tras Punter y cascándose éste, de esta forma, 50 puntitos, por ejemplo, otro gallo hubiera cantado en el Winzick; o ¿nos apostamos algo?  



29 de abril de 2023. Opinión.
Hay tipos que no han venido a este mundo para pasar, precisamente, desapercibidos. Ellos dirán que la culpa no es suya, sino que son los demás los que se empeñan en vivir sin sacar pecho, sin subirse de pie sobre la silla y mirar al mundo y a sus habitantes desde la atalaya que se habrían construído para vernos al resto en pequeñito. Estos tipos suelen gritar mucho, intolerantes a tope, apenas se les verá, y allá por donde van, van dando el cante. Pero, ¡ojito! que tampoco les gusta perder ni jugando a las canicas. Y, ¡ay de aquel que ose tomarles el pelo, o hacerles el centro de una gracieta! Que Dios les coga confesados.

Y a estos tipos les podemos encontrar en cualquier sitio. No descartan hacer acto de presencia y plantar su particular pezuña en cualquier esfera que, humanamente, pudiéramos imaginar. Y entonces me centro, a modo de ejemplo, en el mundo deportivo a cuyo balon tantas vueltas suelo dar. Y me centro sí, en el baloncesto. En el baloncesto profesional americano, en la famosa NBA que donde en estos días se andan disputando los play-offs por el título.

Y así, como quien no quiere la cosa, el otro día fueron eliminados los Bucks de de Milwaukee, con el grandioso pivot griego Giannis Antetokounmpo, ganadores de la Fase Regular y uno de los principales favoritos para lucir el flamante anillo que distingue al Campeón. Pero hete aquí que a las primeras de cambio tuvieron que enfrentarse a los Heat de Miami. A priori, y este año, nada del otro jueves: últimos clasificados, y por los pelos, de su Conferencia y en el último suspiro de los play in metidos en la pomada por el título. Pero, amigos, Pat Riley es el propietario de estos Heat y con Pat Riley se juega, pero no se juega. Es uno de esos tipos que no pasan desapercibidos. Uno de esos tipos que gritan mucho. Unoo de esos tipos que siempre andan subidos en una silla. Uno de esos tipos que siempre miran de arriba a abajo. Y, sobre todo, uno de esos tipos a los que no les gusta perder ni a las canicas, escribíamos antes.

Para ellos un partido es la oportunidad que la sociedad civilizada les da para poder pisar un campo de batalla (no una cancha de baloncesto, en este caso), de entablar una guerra, a brazo partido, cuchillo entre los dientes, y con la prohibición expresa de coger prisioneros. Uno de esos tipos peligrosos, sí. Uno de esos tipos que todos preferiríamos tener, si los debemos tener, como amiguetes de cuadrilla antes que como el clásico enemigo que nos tuviera por el cuello. Uno de esos tipos, además, que se crecen ante los poderosos porque les encanta enfrentarse y ponerse a prueba con ellos. Saben, conocen los resortes que mueven a los medios de comunicación al dedillo, que un triunfo en esas circunstancia les catapultará a las primeras páginas de la prensa, a los primeros mintuos de los noticiarios, a que se vuelva a hablar de ellos. Y eso a estos tipos se la pone dura, muy, muy dura. Incluso les hace, ¡oh, milagro!, esbozar una sonrisa. Ellos son así. O los tomas o los dejas. Aunque, si hemos de ser honestos, habrá que reconocer que las batallas, vaya, esos partidos que ellos saben convertir en partidos a-cara-de-perro y donde se desenvuelven como pez (por no salirnos del reino animal) en el agua, suelen caer de su lado. Aunque se hayan olvidado el bañador en casa. Eso es lo de menos. Lo de más, lo único que cuenta, es la victoria.

Y Pat así se lo hizo a los ingenuos Bucks de Giannis, que creían tenerlas todas consigo. ¿¿Todas?!, se preguntaría Pat, ¡pues ahí os van todas, en la frente, y que se os atraganten! Final de la eliminatoria, los Bucks y Giannis para casa. De vacaciones. Hasta el próximo año. Y Pat, en el centro de todas las miradas. Como a él le gusta. Y el cuchillo todavía entre sus dientes. En la siguiente ronda, los Knicks de Nueva York. Que vaya preparándose la Gran Manzana. Pat, ahora con el cuchillo en la mano, piensa abrirla en cuatro trozos.

Y mientras tanto, por estos lares, por nuestra Europa querida, también estamos asistiendo durante esta semana a un fenómeno de características similares. Y seguiríamos hablando de basket. Pero no de la NBA sino de la Europa League. Y no de Pat Riley, sino de Zeljko Obradovic. Pero tanto monta, monta tanto. Porque Zeljko es otro de esos tipos empeñados en no pasar desapercibidos por este mundo, al que en la comisura de la boca se le han formado también llagas (¡y tan a gusto!) de llevar y apretar el cuchillo. Y que se lo pregunten sino al Madrid.

Situo a la peña: 1/4 de final de la mencionada Euroleague; el Madrid, 3º en la liguilla regular, y el Partizan, 6º. Pero al Partizan le entrena Zeljko. Y eso es no cosa para tomarse a la ligera. Resultado, primeros dos partidos, primeras dos victorias de Zeljko, Y el Madrid contra las cuerdas.  Y a sudar (¿o a rezar?, ¿o no son estos Pat y Zeljko auténticos diablos?) de lo lindo en Belgrado si no quiere darse un abrazo bien fuertote con los Bucks.

Lo que está claro es que, y en primer lugar, el tercer Partizan versus Madrid no me lo pierdo ni jarto de grifa. O el cuarto, si es que lo hay. Y más después de la tangana que se montó en el segundo partido. Una de las más bonitas, de las mejores que he visto en los últimos años y, más todavía, imaginándome al puñetas de Zeljko riéndose entre dientes (cuchillo incluido) como la más jodida reencarnación de aquel Pulgoso que tanto nos entretenía de niños. Porque el Madrid tampoco se queda corto. Porque al gen competitivo de Zeljko él bien puede presentarle su impresionante palmarés y, por extensión, su indudable gen competitivo. ¡Pero no individual, como el de Zeljko, sino institucional, como entidad deportiva, como equipo!

Luego en esa eliminatoria de la Europa League se está dirmiendo una verdadera cuestión cuasi-filosófica: ¿quién o qué es más poderoso?, ¿quién terminará echando el gato al agua?, ¿el gen individual de Zeljko o el espíritu, porque de esto se trata: de un gen colectivo, del Madrid? Si se tratara de responder a la cuestión en tierras americanas, yo no albergaría duda alguna. En el país de la individualidad por antonomasia, en el país de los self made men, el gen del individuo se impone al equipo o Pat Riley gana y elimina a los Milwaukee Bucks. Pero en Europa, aquí donde los self made men no son, precisamente, legión, donde el Estado lleva la voz cantante, con sus ingentes millones empleados en suministrar ayudas a sus ciudadanos a los que, de hecho, en multitud de ocasiones habremos escuchado acusarles de vivir de la "sopa boba" o de vivir "sin dar un palo al agua" o "tumbado a la bartola", pero que es como mejor se está, dicen los caraduras, los amigos de la siesta. Porque claro, para eso estaría papa-Gobierno, para cubrirles las espaldas, en caso de necesidad, para ampararless y echarles un capote, cuando se precise, cuando el agua les llegue y les roce el labio inferior. Sí, el individuo por detrás del colectivo que se confunde con el Estado. 

Luego la disyuntiva se presenta, o por lo menos lo hace para mí, apasionante. ¿Ocurrirá lo mismo en Europa que en los, paradójicamente, insolidadrios Estados Unidos? ¿Zeljko o el Madrid? ¿El gen o el espíritu? Y la respuesta, esta misma semana. El horno, calentito. Y el Pionir Hall (la guarida de Zeljko en Belgrado), ni te cuento. Yo no me muevo del butacón.






19 de febtero de 2023. Cartas al Director. Y antes de que se me haga tarde, cuatro cosas sobre los Goya que se entregaron el pasado sábado:

1º Mi desacuerdo total con el encumbramiento de As bestas (9 Goyas). Película-trampa por antonomasia. Vestida con los ropajes de una brillante realización, oculta que nos está hablando de lo mismo de siempre en estos últimos años: las tías son la leche, y los tíos, una castaña. Para quien la haya visto, que advierta cómo si la mujer hubiera intervenido desde un principio, As bestas apenas si duraría el tiempo que nos habría costado llegar a ese principio. ¿5 minutos? Sí, no creo que hubiéramos tardado  más.

2º Aunque nadie haya reparado en ello o yo, por lo menos, no he oído nada al respecto, As bestas es un re-make inconfesado de la ya mediocre de por sí Perros de paja, de Sam Peckinpah. Y si una ésta ya está hecha, ¿para qué hacer aquélla?

3º La "desgracia" que la mejor película, Modelo 77, de Alberto Rodríguez sea una película de género y que por una maldición de origen desconocido, haya sido como siempre "amablemente" relegada a la captación de premios menores; amén, de por no contar con ninguna chica en su magnífico reparto. Pero ya se sabe, de momento el #metoo no perdona.
 
4º Pero una sonrisa para terminar y confiar en que no todo está perdido: el Goya al Mejor Cortometraje de Ficción para Arquitectura emocional 1959, de León Siminiani, la mejor película, considerando tanto los largometrajes como los cortometrajes, que se ha realizado durante el pasado año en España.




29 de diciembre de 2022. Cartas al Director.
Cómo han cambiado los tiempos, señor mío. Basta con asomarse a las ventanas. Y a veces ni tan siquiera eso. Basta con echar una ojeada a su periódico. Hoy precisamente: día 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Y me acuerdo entonces del año pasado o del año más pasado; o sea, de los años en los que vivó mi infancia o mi juventud, ¡oh, divino tesoro! Y mientras me acuerdo me desgañito buscando entre las páginas del periódico esa noticia que todos identificábamos con la "inocentada" de rigor.

Y no me asusto si no leo ninguna. Sí, cómo han cambiado los tiempos. Ya no estamos para chorradas. Este mundo ya es algo muyy serio. Y las inocentadas sobran. Las inocentadas para su puta madre. Los tiempos en los que nos despertábamos este día 28 con un "el Rey se ha roto la cadera mientras esquiaba en La Mongie" ya no sirven para estirarnos una sonrisa. Son cosas que ya pertenecen a las viejísimas casetes de Arévalo contando sus viejísimos chistes.

Hoy este mundo nuestro se viste con chaqué. Negro, negrísimo. O con ajado traje caqui por aquello de la interminable guerra de Ucrania. Y es que, ¿quién se ríe mientras lee el periódico? Aunque sea durante un día 28 de diciembre. Me parece, señor mío, que desde hace ya bastantes inviernos, hasta a los Santos Inocentes se les ha congelado la risa.


19 de septiembre de 2022. Deportes. 
Él es el artífice de este cuasi-milagro. Encontrar una selección nueva, después de que los años hayan desmantelaldo a la mítica que le había precedido. Él es un mago. Y de baloncesto sabe la tira y la lira. No creo que haya nadie que lo ponga en duda. Es junto a Alcaraz el deportista del verano. Es Sergio Scariolo. Hagámosle durante unos segundos la "ola". Sin los Gasol, los Ibaka, los Llul, etc, el 4º Europeo en el bolsillo. Y con toda justicia. Para mí él ha sido el MVP del Campeonato. ¡Y jugando desde el banquillo! Desde donde no se tira a canasta porque, aunque el balón entre por el aro, no sirve para nada. Ademas de ser el suyo el Mayor Descubrimietno, el Mejor Equipo del Torneo. Y la FIBA premia estas cosas. Y hace bien. Otro día hablaremos de la NBA, del basket del otro-lado-del-charco, de sus sus all stars y de sus "Elegidos", donde rara vez se ve a un equipo sobre la cancha...

O escrito de otra manera. el MVP de este Europeo 2022 ha sido un tipo que ha celebrado unas estadísticas impresentables: 0 puntos, con una serie de 0/0 en tiros libres, 0/0 en tiros de 2 y 0/0 en triples. Además 0 rebotes, 0 asistencias y 0 robos de balón. Aunque, por lo menos, también 0 faltas personales; esto es, una valoración = 0. Pero es que, en realdiad, ese mismo tipo no ha saltado a la pista ni un solo minuto, ha chupado banquillo durante todo el Campeonato y, sin embargo, y aún así, ha sido para mí el verdadero e indiscutible MVP. Ese tipo es Sergio Scariolo, por supuesto. Y con sus escasos 180 cms. no juega ni de base, ni de escolta ni de alero. Ni siquiera se ha vestido de corto. Ni falta que le ha hecho. Porque en su cabeza es capaz de ocupar todas las posiciones. El puto amo, Sergio.


18 de septiembre de 2022. Obituario. THE QUEEN IS DEAD.




4 de julio de 2022. Opinión. Madrid, Madrid, Madrid... Y he esperado porque no he querido abusar en mis comentarios sobre esta insigne, aunque patética, ¿para qué negarlo?, entidad deportiva y, más en concreto aquí-y-ahora, de su sección baloncestística. Hace apenas dos meses titulaba mi última nota con un La culpa no fue sólo de Laso. Pues por lo visto nadie me leyó o, peor aún, nadie me hizo ni puto caso. Porque el inocente Pablo Laso fue conducido, eso sí: amable pero directamente a la picota. Y unos días después sufriría un infarto y, poco más tarde, puesto de patitas en la calle, destituido de su cargo como principal entrenador del Real Madrid. Esta gentuza así se las gasta.

Si quieres tener entre ellos un amigo, cómprate un perro, que se oía decir en aquella mediocre película de Oliver Stone (¿cuál no lo es?) que se llamó Wall Street. Y Florentino, su flamante presidente, aplaudiría con las orejas. Pablo contesta que está bien, que su cuerpo funciona como un reloj suizo, pero como si lloviera sobre mojado. El vitoriano está en la calle. A 60-70 pulsaciones por minuto, pero en la calle y con el traje de paisano. Esta gentuza así se las gasta.

Y no contentos con esto ahora le llega el turno a la propia ACB, el organismo bajo cuyos auspicios se disputa la Supercopa, la Copa del Rey o la misma Liga. Vaya las competiciones que, desde tiempos inmemoriales, ganan siempre los mismos: Madrid-Barça, Barça-Madrid, Madrid-Barça y cuya irritante monotonía ha terminado por apartar de sus retransmisiones, foros virtuales y noticias analógicas a algunos de los más recalcitrantes seguidores del deporte de la canasta; a algunos como yo, sin ir más lejos. Porque a esta gentuza seguimos importándoles un pimiento-morrón. Porque si no se cuenta con la igualdad por bandera, la competición no es más que un mero reparto de cromos entre los más poderosos y que, en el caso que nos (pre)ocupa, además, apenas si se cuentan con dos dedos de la mano. Sí, los mismos de siempre. Ni lo nombro. Ya lo he hecho antes.

Y claro, con el pimiento-morrón bajo el brazo, uno de esos poderosos, hoy acaba de hacerse con el fichaje del reciente MVP de la Temporada 2021-22, el espectacular Dzanan Musa, ya ex del Río Breogán, 2,05 el angelito y con más peligro en sus muñecas que Mike Tyson en sus puños.

Pero esta gentuza así se las gasta. El mismo Madrid hizo hace algunos años la misma operación con Laprovitola, el estupendo alero que fuera designado MVP cuando militaba en el equipo de Badalona y que terminaría, tristemente, en la banqueta del equipo blanco calentando banquillo con sus posaderas y jugando esos minutos que, no sé muy bien porqué llaman, de la basura porque si algo tienen es que no huelen a nada. Ni a sudor. Pero esta gentuza así se las gasta. Si los buenos no están conmigo, los compro y, luego, ya haré con ellos lo que se me ocurra. Pero lo fundamental lo habré conseguido. Que los buenos no sigan con los otros sino conmigo, y  que a los otros les-den, y se desgañiten en sus miserias buscando, hasta debajo de las piedras, un sustituto para su joyita desaparecida por obra y arte de los talonarios fresquitos; un sustituto que, en demasiadas ocasiones, no se encuentra ni llega. Porque las joyitas, claro, no abundan precisamente. Y baratas, menos aún.

Pero a esta gentuza estas "historietas" les traen al pairo. Yo ya tengo a Musa. Y el otro ya no lo tiene. Chincha-rabia, que diría un buen hortera. Y luego posiblemente volvamos ganar la Liga por enésima vez. Y el espectador, ante tanta repetición e insistencia en la misma jugada y en los mismos campeones de siempre, apagará la tele con un prolongado bostezo de esto-ya-lo-he-visto-antes. Y quizás el Leche Río Breogán descienda de categoría. Pero a quién le importa: todos lo sabemos, el Breogán es un equipo-ascensor, de esos que no se cansan de subir-y-bajar. Y el Madrid, por supuesto, el Mejor Equipo de la Historia. Y digo yo, ¡menudo coñazo ser siempre el mejor (jodiendo a los demás)! 




22 de mayo de 2022. Opinión. La culpa no fue sólo de Laso. Los foros del baloncesto rugen por lo visto durante la final de la Final Four que enfrentó al Madrid y al Effes turco el sábado por la tarde en Belgrado, y que se saldó con la pírrica victoria del Effes por un puntito 57-58. 2º título para los otomanos, y el Madrid a esperar su 11º corona.


Pero el motivo de los rugientes desacuerdos de las huestes sociales reside en la táctica que siguió Pablo Laso durante los últimos instantes del partido. El Madrid consiguió colocar el electrónico a un punto 57-58 a falta de 50 segundos, segundo arriba, segundo abajo. Y además había cometido en este último cuarto dos faltas personales, por lo que aún podía forzar 2 faltas antes de caer en el bonus y que el equipo turco  Effes pudiera, entonces, rematar con dos tiros libres cada falta del Madrid.

Y en esas estábamos. Y la afición afilando las uñas. Porque Laso decidió defender sin cometer personales. No cometer la 3ª y 4ª que hubieran parado el cronómetro, que hubieran acercado al Madrid al
bonus y puesto a los turcos sobre la línea de personal con la próxima falta madrileña. Pero Laso y, sobre todo, el Madrid como si nada. Y el Effes, durante ese más de medio minuto, jugando casi a las cuatro esquinas, sin mirar (ni de reojo) al tablero y así, para cuando se dieron cuenta la Final había terminado. Effes, campeón. El Madrid, con la miel en los labios. 57-58.

Aunque lo más triste llegaría durante la Rueda de Prensa. Laso reconoce su error. Sí, posiblemente habría que haber cometido personales, parar el reloj y terminar empujando a los turcos a la línea personal. Y entonces las redes sociales, ya sin oposición, directos y sedientos a la yugular del técnico vitoriano, de la víctima que se entrega de brazos cruzados. Nada tan apetitoso como aquel que reconoce un error. Sí, en éstas (miserables circunstancias) estamos y vivimos.

Pero entonces, ¿qué pasa con el baloncesto?, me pregunto. Un deporte que siempre ha presumido de justicia, de deplorar las trampas o los “piscinazos” como se les conoce en la práctica del fútbol.
  Y entonces me repito como el ajo, ¿qué pasa con el justo baloncesto?, ¿que el equipo que defiende sin cometer personales, como le ocurrió al Madrid en el último cuarto contra Effes, cuando sólo había hecho 2, sale perjudicado por su excelencia defensiva?

No, algo no me cuadra. Porque a mi parecer, cuando con un punto abajo puedes defender durante 50 segundos finales, segundo arriba, segundo abajo, pero DEFENDER A MUERTE, porque aún te quedan dos personales antes de entrar en el bonus, es una “bendición”. Cuando ya no queda tiempo para morder, el equipo puede enseñar los dientes y lanzarte una dentellada que deje a ti con los dientes temblando como castañuelas.

Y es a lo que voy: hacer virtud de una circunstancia que se lo merece y por la que has luchado durante todo el cuarto: sólo dos personales a falta de 50 segundos, segundo arriba, segundo abajo. Lo cual nunca debe servir para que el equipo contrario te acabe tomando el pelo y jugando a las “cuatro esquinas” ante la inoperancia del rival. Porque el haber cometido SÓLO dos personales, te da el derecho y la oportunidad de defender A LO BESTIA, de hacer que los turcos sientan ese aliento de la bestia azotándoles en pleno rostro y sientan auténtico terror ante lo que se les viene encima.

Sí, en un deporte como el basket, no hacer faltas es una virtud (como en el rugby donde es casi decisivo, por eso también el rugby es un deporte de caballeros) que debe tener su compensación final. ¡PERO HAY QUE SABER APROVECHARLA!, ¡Y NO DORMIRSE EN LOS LAURELES!, ¡ESO NUNCA! Porque el reglamento premia tu impecable defensa sin personales. Y por eso, y en este caso, al final te permite enseñar a los rivales unos piños ensangrentados, unas furiosas muecas a lo Braveheart,  y hacer que tiemblen las huestes turcas (en este caso). Sí, 50 segundos, segundo arriba, segundo abajo, para NO COGER PRISIONEROS, para que NADIE DEL BANDO CONTRARIO SE VAYA DE ROSITAS.  Y esto, en el final del partido de ayer, fue lo que no vi por ningún sitio.

LASO NO SE EQUIVOCÓ (jugó limpio y dejó a su equipo en las mejores condiciones para afrontar un final igualado), PERO EL EQUIPO, EL MADRID NO SUPO APROCECHARLO, Sí, claro, Laso es su entrenador y él pudo hacer algo más. PERO, ANTE TODO, EL EQUIPO NO SUPO JUGAR CON DOS PERSONALES. NADA SE LO IMPEDÍA. PERO CONVIRTIÓ LA POTENCIAL VIRTUD EN UNA SUERTE DE PRECISAS PALADAS CON LAS QUE TERMINÓ CAVANDO SU PROPIA TUMBA. Por esto la culpa no fue sólo de Laso.



15 de mayo de 2022. Cultura
. Ucrania ganó el otrora defenestrado, y hoy (popularmente, cómo no) reverdecido, Festival de Eurovisión. No me preguntéis, sin embargo, por el título de la canción, porque ni idea. Sólo sé que Ucrania está en guerra contra Rusia y los ataques que ésta se empeña en lanzarles. Lo dije en su día. Estos ucranianos son gente para tomarse muy en serio y si no fijaros en las masivas concentraciones que tuvieron lugar ya en 2013 entre los proeuropeos y los más afines a la consignas rusas.

El 1 de diciembre de 2013, con unas temperaturas que rondan los 13º bajo cero, las protestas se organizan en la capital Kiev en la Plaza de la Independencia, que da nombre al movimiento, "Maidan" que significa "plaza". Los opositores proeuropeos se componen, entre otros, de ex primera ministra Yulia Timoshenko, entonces detenidas, el boxeador Vital Klitschko y también nacionalistas del partido de extrema derecha "Svodova". Ese día se levantarán barricadas en la plaza y el Ayuntamiento cae en manos de los manifestantes. Bromas, eso, las justas. Me gustaría habernos visto a nosotros a 13º grados bajo cero protestando contra lo que se nos ocurra pensar. La Plaza de la Independencia más vacía que el Camp Nou durante un amistoso entre el Real y el Atlético de Madrid....

Pero estos tiempos nuestros son, entre otras muchas cosas, más populares que oficiales. los populismos crecen y crecen conforme a las posturas oficiales, que emanan de los diferentes gobiernos, se les va haciendo un caso equivalente al cero coma. Por eso la canción ucraniana ganó Eurovisión. Gracias al voto popular. el intocable, el sagrado. Con el pueblo no se juega, aunque aún no haya aprendido a votar el balón. Empezó la lista con Jesús Gil, le siguieron Donald Trump, Bolsonaro, Boris Johnson, el propio Zelenski, reputado y famoso actor de televisión, antes que ídolo de las masas oprimidas. No digo ni que bien ni que mal, sino que en estas estamos. Nos guste o no. Pero ojito con el pueblo y sus armas (las redes sociales y sus influencers, bloggers, streamers y demás maravillas). Y más aún con aquel pueblo, duro como el pedernal, al que no le importa concentrarse diariamente a 13º bajo cero para reclamar una independencia que piensan que ningún gobierno les puede negar. Y con esto no se termina de un día para otro. Que lo sepamos. A las pruebas me remito. Vamos ya para 10 años... Pero nosotros terminemos con buen rollete, con Stefania, la canción ganadora de este Eurovisión tan populachero. 





26 de abril de 2022. Economía. Musk convence al consejo de Twitter con su oferta de 40.500 millones. Apenas una propuesta: contengamos la respiración y las arcadas y acordémonos de alguna de esas conversaciones que manteníamos con los amiguetes durante el tiempo del recreo:
- ¿Qué harías tú con 40.500 millones de euros?
Y Musk, Elon Musk, el chaval que se sienta en primera fila, diría todo-guay y convencido:
- Yo compraría Twitter.
Y los demás le miraríamos como si fuera de color verde-botella para, justo después, darle la espalda por imposible. Hoy, sin embargo, nadie levanta la voz ni hace nada. Patético. Musk habla, suelta su propuesta, su indecente exhibición de dinero y nadie dice ni "mu". ¿Y es que todo nos parece normal?, ¿no hay algo que hoy nos saque de quicio? Porque a mí este Musk me resultaría indiferente si no fuera por el silencio que sus "palabrotas" producen en los alrededores de este mundo en el que nos está tocando (mal)vivir.

¿Cuántas cosas de mayor provecho podrían hacerse con semejante cantidad de dinero? ¡¡¡40.500 millones de €!!!



9 de abril de 2022. Sucesos. La bofetada que Will Smith soltó a Chris Rock durante la Ceremonia de Entrega de los Oscar 2022 le ha salido, finalmente, cara. 10 añitos sin poder participar en ninguno de los actos que la flamante Academia de Cine estadounidense organice o patrocine durante esos 120 meses.

Y a mí, por el contrario, el castigo me ha parecido un cachete, pero en el centro del sentido común. Los trajes y vestimentas de hombres y mujeres civilizados que insistimos en utilizar y ponernos nos juegan, a menudo, estas malas pasadas. Sí, es como si la civilización diera rienda suelta a que de este tipo de altercados se diluciden de esta manera.

¡Cuidado, echa mano mano de lo que quieras, pero nunca de la violencia!, parecen decirnos estos adalides de los buenos modales (sic). Echad un vistazo a Ucrania, les aconsejaría yo, y dejémonos de hipocresías. Si un gracioso para hacer una gracia menciona la calvicie que mi mujer está sufriendo a cuenta de una enfermedad y la propone por ello para interpretar un papel de interna en la próxima película que se rodará sobre Auschwitz o para la 2ª parte de La teniente O´Neill (como fue el caso) donde la protagonista luce un look a lo mohicano yo, su marido, Will Smith, me levanto, y si las fuerzas me responden, le rompo la cabeza; no con una bofetada sino con más puños que los que le cayeron encima a Marlon Brandon en el final de La ley del silencio.


¡Vamos, que hasta aquí habríamos llegado! Me niego a que la civilización se pase por el forro de los cojones aquello que Oscar Wilde pronunció con inmejorable acierto y acento, cuando estás en presencia del dolor, estás pisando terreno sagrado. Y con lo sagrado no se juega; con lo sagrado, ni una puta broma. Y si no queremos machacarnos los nudillos que a Chris Rock (el presentador y artífice de la maldita gracia) le preparen, por lo menos, una bonita careta a lo (ya que seguimos hablando de cine, ¿o no?) a lo Leatherface, el simpático protagonista de La matanza de Texas, ¡pero para no quitar nunca!

Yo así, por lo menos, me quedaría más tranquilo y a gusto, pensando que la civilización no nos está llevando por esos atajos donde-todo-vale, y en los que como diría Gila, si no te gustan nuestras bromas, márchate del pueblo.


20 de marzo de 2022. Deportes. Ayer el Seis Naciones de Rugby se decidió en lo que llaman el Súper Sábado donde juegan los seis equipos participantes. Realmente no hubo sorpresas: Francia ganó a Inglaterra y se hizo con el Torneo y con el Grand Slam que premia al equipo que, no sólo gana el Torneo, sino que además lo hace derrotando a sus cinco rivales. Esa es la noticia.



Aunque a mí la que más me gustaría oír y que sirviera para abrir todos los telediarios es el gesto, que al finalizar el partido que enfrentaba a Gales vs Italia, hizo el jugador galés Josh Adams entregando la medalla, que le había distinguido como Mejor Jugador del Partido, a un rival, al emocionado italiano Ange Campuozzo por su extraordinaria jugada que había decidido en el último minuto un partido sin trascendencia alguna, más allá del honor que supone derrotar a un dignísimo  rival sobre el terreno de juego. Esto siempre me emociona: el gesto por encima del resultado. Por eso habrá que lamentar que esta crónica nunca se enmarque en la portada de ningún periódico. Claro, siempre se preferirán otras cosas más espectaculares (sic) y, rápidamente, convertibles en dinero contante y sonante. Claro, así nos luce el pelo: espectacularmente triste.  



3 de marzo de 2022. Cartas al director. Ayer por la mañana envié una pequeña nota al periódico digital El desmarque de Bizkaia para expresar mi enésima decepción ante el calamitoso comportamiento (deportivo, claro) del Athletic en el partido de vuelta de las SF de la Copa del Rey contra el Valencia C.F. en el que perdió 1-0 y, consiguientemente, quedó eliminado.

La nota o notita decía: "Cuando el Athletic no juega intenso se convierte en un equipo pesado como el engrudo, lento, predecible. Y en estas circunstancias no es improbable que un equipo normalito como el Valencia de Bordalás te gane con un raquítico y triste 1-0 y te elimine de las SF de Copa. Hoy llueve en Bilbao. No me extraña".

Y cuál no sería mi sorpresa cuando en el mismo día leía por la noche, yo siempre leo los periódicos por la noche, la portada de El Correo en el que bajo un Valencia1 Athletic0 se añadía "Frustrante. Un Athletic sin pegada vuelve a fallar en una noche de alto voltaje y se despide de la Copa tras caer ante un rival vulgar".

Luego, parece que no ando tan descaminado en mis juicios, a los que muchos amigotes y enemigotes tildan, a menudo, de disparates. Por un segundo la modestia la dejo aparte. 



13 de febrero de 2022. Cartas al director. Ayer vi por tv la Gala de los Goya. Y lo siento por el 7º Arte pero me resultó un auténtico pestiño. Cuando la profundidad se disfraza de tristeza echo a correr porque sino me entra sueño. Que es lo que me pasó con las preparadas actuaciones de Leiva & Sabina, con Luz Casal deprimiendo al personal en la ya de por sí triste sección In memoriam, y con el propio Sacristán dando (con sus buenas artes, eso sí) rienda suelta a sus lloriqueantes desventuras. El presidente de la Academia, Mariano Barroso, sí, la alegría de la huerta, también contribuyó con su larguísimo discurso a que los bostezos se extendieran como las alergias en primavera.
Y esto en el país del sol y de la alegría, ¡en la edición que pretendía homenajear a Berlanga!, por mucha pandemia, por mucha Maixabel (y un respeto, faltaría), no viene a cuento. La música de Chavalas es una gozada y de ella no se acordó ni el Pupas; La vida era eso es, posiblemente(junto a Libertad de Clara Roquet, ¡no la de Urbizu, por favor! y la hawkasiana pero menor, Mediterráneo), la Mejor Película Española del año y si te he visto no me acuerdo. Aunque, tal vez y volvemos a lo mismo de siempre: derrotar a los poderosos, a los buenos patrones es casi siempre batalla perdida, y en esta vez tampoco hemos tenido una excepción. TG.


19 de diciembre de 2021. Editorial. Escuché el otro día que la palabra “pifostio” iba a ser próximamente incluida en el Real Diccionario de la Lengua Española. Y fue como si escuchara llover. Porque que alguien me diga para qué va a servir que una palabra que ya casi nadie utiliza, salvo algún carcamal más despistado de lo que nadie le suponía.

Porque soltar “pifostio” en lugar, se supone,  de “lío” o “jaleo”, me parece tan carca y pasado de moda que me resulta hasta entrañable. Igual que si oigo “es la pera”, como decía Annie en presencia de un perplejo Alvy en aquella  bonita película que se llamó Annie Hall, en lugar de un más contemporáneo y rotundo “es la hostia”.

Pero así son las cosas. Para cuando las estructuras e instituciones gigantes y mamotétricas, ¿y quién no puede afirmar que la Real Academia lo sea?, adoptan una medida, la sociedad, a la supersónica velocidad a la que corre, la ha dejado tan atrás que ni torciendo 90º el pescuezo la podría ver agitando los brazos y gritando, se supone, ¡no vayas tan rápido! Por eso la sociedad ni torcerá el pescuezo. ¿Preocuparse por algo que ha dejado a su espalda y que, a fuer de ser sinceros, ni tan siquiera ha visto?


“Pifostio”, claro. Pero, ¿a quién le interesa ahora que esté o que no esté en el Diccionario? Porque a mí me interesa tanto como cero coma. Y si escuchara la palabreja apenas si me imaginaría a alguien entradito en años y ejerciendo de modernete o un joven exageradamente hortera. O a algún miembro de la misma Real Academia que, una vez pronunciado su “pifostio” particular, se sonríe tímidamente y se frota las manos como si hubiera cometido una travesura por la que, si se entera, su maestro le impondría un severo castigo (¡uy, qué miedo!)

Sí, es lo que tienen estas gigantes y mamotétricas instituciones. Son como abuelitos trasnochados.  Que para cuando mueven un dedo y toman una decisión, la sociedad ha dado tres vueltas (¿de campana?) al mundo, se ha duchado, se ha ido a casa, ha cenado, se ha puesto de copas hasta las cejas y ahora está llenando los garitos after hours. Y “pifostio”, mientras tanto, en la “P”, entre “pifia” y “pigargo”, supongo. Y yo, con estos pelos.     


8 de noviembre de 2021. Editorial. El otro día se falló el prestigioso (por lo visto por ser el mejor dotado económicamente- sic) Premio Planeta. Carmen Mola fue la ganadora. No me preguntéis por el título de la novela porque no tengo ni pijotera idea. Tanto es mi interés por semejantes espectáculos culturales.

Aunque lo que sí me importa es el revuelo que se ha montado tras descubrir que detrás del seudónimo de la tal Carmen Mola se ocultaban, realmente, tres escritores masculinos y entraditos en ciertos años. Tampoco me interesan sus nombres. Aunque sí ese matiz, común a los tres, de "entraditos en ciertos años" en contraposición a los 25 con los que se había envestido el perfil imaginado de Carmen Mola.

Claro, sospechar que los tres machitos han ganado el Planeta por ocultar su verdadera identidad detrás del nombre juguetón de una mujer, es un mero acercamiento a la verdad. Porque estoy seguro de que si Carmen Mola hubiera rellenado el perfil de sus años con, por ejemplo, 65 primaveras, el premio no hubiera llegado a caer en sus (inexistentes) manos arrugadas.

Claro, porque lo que ciertamente ha decantado la balanza del jurado por su novela han sido los 25 añitos que ha hecho constar en su (falsa) biografía. Y aquí me doy yo un poco de jabón y traigo a colación mi primer ensayo, Divino tesoro. Casi un ensayo contra la juventud (Ed. Maia), donde trataba de ajustar las cuentas a una incipiente sobrevaloración de la juventud que ya es, de hecho, una crudísima y, por lo visto, lacerante y deprimente realidad. Porque joven + mujer (pero, ojito, como segundo "mérito") = ganador seguro.

Cosa que en este mundo actual nuestro tan lleno de insustancialidades no sería demasiado preocupante (otra insustancialidad más), si no fuera porque detrás de la insustancialidad se solapa el hecho de que la calidad, en este caso de un manuscrito, es posiblemente lo último que importa a la hora de repartir las valoraciones, con lo cual yo ya arrojaría la toalla si no fuera porque mi ultimísimo sentido, el sentido apaleado pero guerrero contra viento y marea, me pide cortarme el brazo antes que doblar la rodilla.

Que tener 25 años es hoy más importante, y cuenta más que escribir bien (hablamos de un premio literario, el Planeta, pero se podría aplicar a casi todo en este mundo insustancial), no, no lo admito, no juego; que un jurado hecho y derecho valore más una obra por estar hecha, en este caso escrita, por una chavala antes que por sus cualidades literarias, tampoco, tampoco lo admito. Porque, de esta forma, aparte de que pediría al jurado que devolviera la pasta si algo ha cobrado, sólo deberíamos acudir a los fríos datos para emitir sentencias: 25 años mejor escritor que 50 años, y ni falta que hace que me lea los manuscritos. La sobrevaloración de la juventud, sobre la que yo escribía en mi ensayo, asimilada ahora a la sobrevaloración del dato. El simple accidente sobrepasando a la Esencia. ¿Estamos tan tontos, o qué? No sé, pero hoy muchos prefieren hartarse comiendo las cáscaras del plátano antes que su carne, a la que no quedaría más remedio que buscar rasgando (¡menudo esfuerzo, ¿verdad?!) la piel que recubre el accidente, perdón, la fruta.   


19 de septiembre de 2021. El otro día, gracias a las buenas artes de un gran amigo (eskerrik asko, Gabi), volvía a disfrutar de la retransmisión en directo de un buen combate de boxeo, por iniciativa de DANZ, que dignificaba este deporte emitiendo la pelea que enfrentaba al púgil de Morga (Vizcaya) Kerman Lejarraga con el invicto francés Dylan Charrat por la corona europea del peso superwelter,

Pero lo realmente importante, al menos entrañable para mí, fue reencontrarme al frente de la retransmisión al mítico Jaime Ugarte con el que tantísimas noches, junto al súper amigo arriba mencionado, había disfrutado desde las "arcanas" e inolvidables épocas del Pressing boxeo en las hondas madrugadas de Telecinco; un comentarista de los viejos tiempos, un tipo que no se casa con nadie, que dice lo que piensa y que, por ello mismo, no habrá sido plato de muchos gustos ni figurará nunca, me imagino, como director de la sección deportiva de ningún medio de comunicación. Pero, ¡ni falta que le hace, ni le hará nunca al gran Jaime! Porque el que tuvo re-tuvo, y durante la retransmisión lanzó una de esas perlas, tan típicamente suyas, que le dejan a uno (a mí, por lo menos me dejan) con una sonrisa, cuando no, con una espléndida carcajada en los labios.

Ocurrió,, más o menos, que mediada la pelea Jaime comentó que se estaban recibiendo una multitud de twits (sin duda otra de las muestras del populismo que nos invade y que todo-lo-sabe y que lo-que-no-sabe es porque no importa) acerca del combate, que le pedían una opinión o una respuesta puntual. Pero en contra de lo previsto y de este fenómeno que se ha extendido, sobre todo, en las retransmisiones deportivas, donde los comentaristas al uso aprovechan estos twits para leerlos en vivo, comentarlos y hacer de ellos las mejores muletas para que la retransmisión se convierta en un pan comido, ya que entre lo que ocurre en el campo (o en la lona, en nuestro caso) y estos mensajes que se reciben, la retransmisión, digo, presenta muchas menos dificultades ya que en estas mediáticas circunstancias siempre habrá algo que decir o añadir, el inimitable Jaime Ugarte comentó que se negaba a contestar a los twits, que él estaba allí para lo que estaba, para una cosa sola: retransmitir la pelea de Kerman versus Dylan y que no podía ni iba a estar centrado en dos cosas a la vez. ¡Olé, y olé, Jaime! ¡Y a la mierda con esos "mensajitos" que en muchas ocasiones más parecen las ocurrencias de algún indocumentado, al que un alma caritativa debería haber calzado un par de guantes (ya que hablamos de boxeo) para inutilizarle no tanto la lengua sino los dedos! 


2 de agosto de 2021.
 Quizás es que me haya quedado anonado. Por lo que aún no habría comentado nada. Pero, y recuperadillo, comunico que hace unas semanas el flamante Museo Guggenheim de Bilbao lanzó una campaña entre la ciudadanía para recaudar la bonita cifra de 100.000€ con los que renovar la imagen de Puppy, el emblemático perro que, sobre la explanada del museo, da la bienvenida a los visitantes,... sin mover la cola. Claro que si pudiera creo que tampoco la movería. Como yo: anonadado. Y además, con la cara que se me cae de vergüenza. Como un bilbaíno de toda-la-vida.

¿O es que no son suficientes las dificultades por los que los hombres y mujeres de a pie de calle estamos, en estos momentos, atravesando para atender (vía código de barras) estas "necesidades" del todopoderoso museo al que el Sr. Vidarte y los herederos de Mr. Salomon Guggenheim podrían ayudar rascándose los bolsillos con menos esfuerzo que el que el impresentable Djokovic gasta en romper una raqueta?

Pues va a ser que no. Porque parece que últimamente a los millonetis les está dando por disfrazarse como a chiquillos, que me temo que es lo que más les gusta: a Mr. Jeff Bezos, de astronauta, cohetecito incluido. A Vidarte y Guggenheim de indigentes sin trabajo. Sin duda que este mundo se ha empeñado en cogerme por sorpresa. De listos a listillos apenas si hay dos letras de nada. Por lo que yo, que tantas veces he elogiado al sin par museo (a Bezos le dejo orbitar a su bola), me quedo en esta ocasión sin palabras. ¡Qué pena!  


12 de julio de 2021¿De qué lotería me habla usted? Se terminó la Eurocopa. Por lo leído en las redes sociales parece que los seguidores de Supervivientes se van a alegrar. Se acaban los cambios de horario y las supresiones puntuales del programa. Yo, en cambio, lo siento por ellos. Prefiero lucir menos morenazo y tener la cabeza más fresca. Pero lo cierto e impepinable es que ayer Inglaterra e Italia disputaron el último partido e Italia fue la justa vencedora. O al menos así lo creo yo que estoy hasta los c. de escuchar eso de la lotería de los penaltis, que fue la manera en que acabó de resolverse la Final, después de que el partido y la prórroga terminaran con empate a 1.

Pero, ¡¿qué lotería ni niño muerto?! El entrenador inglés, y máximo responsable de la Selección, efectuó dos cambios en el último minuto de la prolongación para que esos dos jugadores estuvieran disponibles para el lanzamiento de los penaltis. Y ambos fallaron el suyo. Luego punto negativo para el míster. Para colmo había decidido que un chavalín de 18 o 19 años fuera el encargado de lanzar el último que, muchas veces, es decisivo. Claro, al chavalín le temblaron hasta las pestañas y también falló. Mientras, otros jugadores mucho más expertos, veteranos y curtidos en cientos de batallas y guerras futbolísticas veían desde el banquillo cómo la Copa iba, de esta manera, a parar a manos italianas que disputaron la tanda de penaltis con mucho mayor oficio y... beneficio. Luego otro punto negativo para el entrenador. Luego suficientes para perder MERECIDAMENTE- y cero de culpa para los Niños de San Ildefonso- la tanda de penaltis y, por consiguiente, la Final. 

Luego, dejemos de una vez ese cuento de "La lotería de los penaltis" y pasemos a otro capítulo. Y que nos entre en la mollera que los penaltis se preparan  eligiendo a los mejores lanzadores de los que el equipo dispone en ese momento sobre el campo, atinando con el orden en que esos jugadores van a tirarlos, entrenando al portero para esa suerte decisiva, etc.  y etc. Y para todo lo que no sea esto que se preparen los perdedores. Si se les encuentra, porque me parece que al entrenador inglés todavía se le anda buscando. Y las impresentables hordas del Ku-Klux-Kan detrás de los jugadores que erraron sus penaltis y que, casualmente, eran negros. No me gustaría estar en el pellejo de ninguno de ellos; a los pellejos de los cuatro, me refiero claro: pálidos o tostados.

26 de junio de 2021. Desafinando. Primer partido de los octavos de final de la Eurocopa 2020. Gales contra Dinamarca. Resultado final: 0-4, y Dinamarca a cuartos. Y como no podría ser de otra manera después de escuchar a los jugadores galeses destrozar el estremecedor himno de su país- nada que ver con la manera de cantarlo de los jugadores de rugby. Cierto que el VAR no favoreció precisamente a los galeses en dos de los goles que recibieron, pero por una vez la técnica se dio la mano con el arte- en este caso con el desastre. Cantar el "Tierra de mis Padres" como lo hicieron debería considerarse un delito y pagarse como se pagó: con un bonito billete de regreso a casa. O si no juzgad vosotros mismos.

26 de junio de 2021. Volver a conocer. ¡El día M! ¡Fuera las mascarillas! Porque, quién no lo sabe: después de más de un año con el artilugio sobre nuestras bocas, el Gobierno por fin nos autoriza a respirar. Al menos en exteriores, y siempre que la distancia con el prójimo sea la reglamentada. Aunque algo es algo, coño, y además siempre hay que contar con los consabidos desmanes que terminarán llevando a las ingratas mascarillas a refugiarse en un recóndito rincón de nuestros bolsillos.

Pero lo más importante es que, por fin, volveremos a conocer y no tan sólo a reconocer, como hemos venido haciendo, sin darnos apenas cuenta, en los últimos meses. Porque con las mascarillas puestas sólo hemos sido capaces de reconocer a los que ya conocíamos y se nos ha vetado conocer a personas nuevas a los que la mascarilla les hacía seguir ocupando para nosotros un puesto entre los desconocidos.

Más de un año reconociendo a los ya reconocidos y conocidos. Y más de una año sin conocer a nadie que no conociéramos de antes. Malísima jugada, sí señor: no conocer a nadie nuevo durante tanto tiempo, seguramente, nos ha dejado la sesera bastante tocada. A ver si nos enteramos que sin los demás somos muy poca cosa. Y que cuantos más desconocidos pululen a nuestro alrededor y aunque vivamos, por ejemplo, en Nueva York, seremos, sin duda, más aldeanos- y que todas las aldeas del mundo me perdonen la expresión- y de mentes más estrechas- y que todas las mentes estrechas del mundo me perdonen la expresión. 

                                           
 

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