Pero el caso es que durante su proyección y con la cabeza a mil por hora, eso siempre, me dio por pensar que, hoy por hoy, esto del Cine Documental, con las sombras de la verdad y de la mentira revoloteando continuamente sobre su cabeza, se me antoja una etiqueta que bien puede adelantarnos algo sobre lo que vamos a ver cuando las luces de la sala se apaguen (la ironía del cinematógrafo, ¿verdad?), pero poco más que eso; una etiqueta que además, por no incluir, no incluye ni tan siquiera el precio en euros.
Y es, entonces, cuando pensé un poco más y me resultó que el Cine Documental, y de la misma manera que el Cine de Ciencia Ficción o el Western, o el Cine Negro o el Cine Musical o el Cine Pornográfico, ¿por qué, no? o el Cine de Animación o el Cine Histórico o el Cine de Aventuras o l Cine Mudo, no deja de ser, antes que nada, Cine y en él debería entrar con los mismos caracteres esenciales que sus otros compañeros de género. Porque todos ellos son Cine y entran en ese único saco de 24/25 imágenes por segundo.
Así que Zinzindurrumkarratz es Cine, antes que Cine Documental, y como tal deberíamos valorarlo olvidando aquellas etiquetas que queramos colgarle a modo de sambenito. Que el Cine Documental se haya distinguido del resto de sus hermanos y hermanos por una irrenunciable vocación "de verdad" es, sinceramente, un aspecto que, en estos días cuando el falso documental se pasea por nuestras salas a su antojo, me trae realmente sin cuidado. Tanta verdad veo en los Hombres de Arán, de Flaherty como en Gertrud, de Dreyer. O, ¿habría alguien que se atrevería a defender que Gertrud no es verdad?
Por todo ello, apartemos las etiquetas que sólo reducen por una pretendida y malentendida comodidad o por unos amables- gracias, pero no me hacen falta- objetivos "aclaratorios", lo que es de por sí muy grande (el Cine, por supuesto). Porque Cine es el cine de montaña, el cine para mayores de 65 años, el cine sobre mujeres, el cine con temática lgtb, y acabermos de esta manera con las divisiones, subdivisiones y subsubdivisiones o, por lo menos, si no tenemos esa necesaria fuerza de persuación, no las tengamos demasiado en cuenta cuando vayamos a ver una película, sea del género que sea porque, por encima de todo, estaremos viendo Cine, y nada más que Cine.
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