Haciéndonos eco del significativo verso de César Vallejo. Estamos en capilla. Apenas faltan unos días. Dicen que nos la jugamos. Aunque tampoco creo que sea para tanto. Yo, por menos, sigo en mis “trece”. No es que sea un cabezón pero estos políticos hace tiempo que han dejado de convencerme. El próximo domingo no seré como uno de los corderitos del dibujo que he insertado entre estas líneas. Me abstengo Y por encima de otras consideraciones se me impone la idea de que estos políticos al no tener nada mejor que hacer se aferran a la barca. Con uñas, dientes, y lo que haga falta. No quieren, ni por lo más remoto, dejarla navegar sin su presencia. Se empeñan en continuar subidos a su cubierta... Claro, con la “barcaza” y la “cubierta” estoy refiriéndome al gobierno de este país. Sí, serían estos políticos como los invitados a una fiesta. Una vez que llegan ya no hay dios que pueda desembarazarse de ellos, que sepa echarles de casa. Claro, con la “fiesta” y la “casa” estoy refiriéndome al gobierno otra vez.
Pero menos mal que la poesía
ha vuelto a acordarse de mí y a echarme una mano para aclarar un poco el
panorama. Y titular este artículo. En este caso César Vallejo y el segundo
verso de su poema XIV contenido en el libro “España, aparta de mí este cáliz”
(paradigmático título, ¿verdad?). En él, y en el poema XIV, el poeta habla de
España. Y me enseña, y esto me tranquiliza un poco, que las cosas, desde la
década de los 30´ del siglo pasado, cuando Vallejo escribió esos versos,
tampoco han cambiado demasiado. Por desgracia si no seguimos igual, seguimos
parecidos. Por eso el poema XIV nos enseña a conocernos mejor ahora. Y eso no tiene precio. Ése es el
milagro de las cosas imperecederas.
PS,- Y un detalle nada más: cuando
Vallejo termina el poema con ¡Cuídate de la República !/¡Cuídate del
futuro!... no nos equivoquemos ni
nos echemos las manos a la cabeza, y menos aún en estos tiempos que corren, República no es sino otra de las formas
que tiene el poeta de referirse al “pasado” contraponiéndolo a futuro, como antes ha hecho, entre
otros, con héroes y muertos. Que vosotros lo disfrutéis.
XIV
¡Cuídate, España...!¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,
del verdugo a pesar suyo
y del indiferente a pesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de
¡Cuídate del futuro!…
No hay comentarios:
Publicar un comentario