Su serie contra los Blazers de Lillard empezó el domingo. ¿Notarán
estos guerreros la baja de Curry? Me temo que no y la
verdad es que tampoco me importa demasiado. Porque ganen o pierdan las
semifinales, para mí serán siempre uno de esos equipos especiales, uno de esos equipos
que se forman cada muchos años. Y sin que nadie acierte a decir cómo ni porqué.
Pero a los que siempre se les reconoce a
simple vista.
Y si para muestra vale un
botón me remonto al 3º cuarto del 4º partido de su serie contra los Rockets. No faltaba ni un segundo para
el descanso, el marcador estaba empatado, creo que a 59, y Curry sufre un
desafortunado resbalón. Resultado: esguince de rodilla y baja para la segunda
parte y para unos cuantos partidos más si los Warriors superaban la eliminatoria contra Houston, cosa que en ese
momento estaba por ver.
Y con estos antecedentes se
inició el 3º cuarto, y los Warriors
sin su estrella le endosaron ¡41 puntos! a los Rockets y el partido finiquitado. ¿Fue aquello un homenaje que los guerreros brindaron a su jefe
maltrecho?, ¿fue un puñetazo en el parqué del Toyota Center, un grito de rabia, “un aquí estamos aunque nos falte
él”? Fue un espectáculo increíble. Movían el balón a una velocidad de vértigo.
Los triples llovían desde todas partes. Y todos contribuían al espectáculo. A
los Rockets sólo les faltaba sacar
sus cámaras fotográficas e inmortalizar la paliza.
Al final de esos mágicos 12 minutos, 41-20. Y aunque faltara el último cuarto la eliminatoria ya estaba
3-1. sólo me hizo falta verlos jugar durante esos 12 minutos para darme cuenta de
que, lleguen o no lleguen, ganen o pierdan las finales de este año, son estoa Warriors un equipo especial, un equipo
para la Historia ,
incluso al margen de su 73-9, un equipo, que yo recuerde, a la altura de unos
pocos, de los Lakers de Magic o los Celtics de Bird, o los Pistons de Dumars, Thomas o del “gusano”,
o los Bulls de Jordan y por encima (y
que me perdonen sus aficionados) de aquellos Rockets de Olajuwon o de los Lakers de Kobe y Shaquille o de los Heat de LeBron o, incluso, de los Spurs de Duncan, Ginobilli y Cía. Éstos fueron
muy buenos equipos; seguramente excelentes, pero nunca “especiales” como lo
fueron los otros y como lo son estos Warriors.
Y basta con verlos jugar. No es necesario haber estudiado, ni ser experto en
defensas al hombre o en zonas 2-3. No es necesario recurrir a pizarras ni a
ningún otro tipo de jama-cocos. Basta con verlos jugar. A simple vista. Sólo con
eso nos damos cuenta de lo fácil que para ellos resulta hacer posible lo que para
muchos es imposible.
¡Alucinantes y divinos!
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