En el centenario del nacimiento de Blas de Otero se me ocurrió esta poesía. Si podía se lo debía. Qué menos. Es el poeta de Bilbao, el poeta de mi ciudad. Espero que no os disguste. QEPD.
15 de marzo de 2016
Me acerqué a una floristería
y compré un ramo de lirios.
Me gusta su olor.
Pienso con sus flores que la primavera
no es una quimera, y volverá.
Como todos los años.
Pero hoy también
es el aniversario del poeta,
del pido la paz y la
palabra,
del día que sonrió al mundo
sin saber aún
lo que en él le esperaba.
Y llego hasta el 28
de Hurtado de Amézaga,
en Bilbao, la calle del viento
porque aquí el viento
sopla fuerte y tieso.
Como Blas.
Y sin que nadie sepa adónde va
o de dónde viene.
Como Blas.
Pero ojala arrastre con él
la paz y la palabra,
y las esparza por estos mundos de Dios,
a los que buena falta les hace:
paz-peace-alssalam,
y palabras sensatas.
Como Blas.
Al pie del portal deposito los lirios.
Para el, para el Ángel
fieramente humano
que nació aquí mismo
hace ya 100 años.
Que a algunos pueden parecernos muchos
e incluso a otros, demasiados.
Y recito su soneto Hombre
para mis adentros, a voz pequeña
y con los labios prietos.
Nos dejó una sofocante noche de verano.
En Madrid Blas. Hace 37 años.
Que a algunos pueden parecernos muchos
e incluso a otros, demasiados.
Porque hay personas que no deberían irse nunca,
mas que para dar una vuelta…
y volver. Como la primavera.
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