martes, 18 de febrero de 2020

LA COPA CALCUTA, EL CALEDONIAN Y STEVENSON

Para Paula,-

El fin de semana del 8 de febrero di cumplida cuenta de uno de mis añorados viajes; a la 1ª parte de uno de mis añorados viajes, para ser más exactos. La cosa consistía en presenciar, como primer objetivo, en directo un Escocia versus Inglaterra en Murrayfield con la Copa Calcuta en juego; o sea, el partido que enfrenta a estos dos equipos dentro del VI Naciones de Rugby, y en Edimburgo, en la guarida escocesa y lugar de nacimiento de mi admirado Robert Louis Stevenson.

Porque visitar la Stevenson House, donde el escritor residió desde los 7 a los 30 años, y recitar (soy un romántico o un colgao, ¿qué se le va a hacer?) junto a la farola que preside, desde la acera, la subida por las escaleras que conducen a esa puerta del 17 de Heriot Street, el precioso poema de El farolero, era el segundo de mis deseos:
 
(En traducción de Txaro Santoro y José María Álvarez)

Mi té está a punto y el sol se va;

es hora de apostarme en la ventana para ver pasar a Leerie;

cada atardecer a la hora de sentarnos a tomar el té,

con su escalera y su luz pasa Leerie encendiendo las farolas.

Tom será conductor y María irá al mar,

y papá es banquero, el más rico de los banqueros;

pero yo cuando sea mayor y pueda decidir qué quiero ser,

oh Leerie, iré contigo para hacer cada tarde la ronda de las farolas.

Nosotros somos muy afortunados; tenemos una farola junto a la puerta.

Y Leerie se detiene para encenderla igual que hace con todas;

oh Leerie, antes de marcharte con tu escalera y tu luz

esta noche saluda al niño que te estará mirando.

Y para concluir el finde, y como tercer deseo, y ya que viajaba con Paula, mi mujer, no demasiado aficionada al rugby y todavía menos a la lluvia, al viento (¡y con la borrasca Ciara cayendo sobre nuestras cabezas por si no teníamos suficiente!) y al frío-que-pela y que asola durante estas fechas las Highlands, había reservado una habitación en el mítico Caledonian, un hotelazo, para dos noches (¡nuestro bolsillo no va más!) que suponía iba a gustarle (¡cómo no!), y con el que además rendía el más que merecido homenaje a la película Promesas del Este, de David Cronenberg, una de las últimas obras maestras que he tenido ocasión de ver en una sala de cine.

Y es que en la mencionada película Viggo Mortensen, enrolado en la mafia rusa que opera en Inglaterra, tiene que esconder al tío Stefan, el tío de la enfermera que interpreta Naomi Watts, su amor imposible, ya que la mafia quiere asesinarle, para lo cual le inscribe en el Caledonian en lugar de enviarle con un tiro en la cabeza al cielo tal como le han pedido sus jefes, a ese hotel que también está muy arriba y tiene también estrellas (5). Aparte de todo esto el papel del tío Stefan esté interpretado en la película de Cronenberg por Jerzy Skolimovski, el gran director polaco de El buque faro o El año de las lluvias torrenciales, lo que no hacía sino añadir (al menos lo hacía para mí) mayor mítica y placer al viaje.

 
Y así nos pasamos Paula y yo el finde. El partido y la Copa Calcuta (se juega desde 1872 y creo, que es la competición entre equipos más antigua de la Historia) volvió a manos de Inglaterra porque el quince de la Rosa ganó 6-13; el Caledonian nos recibió con los brazos abiertos y nos despidió con un sonriente see you soon; y yo comprendí porqué el sufrido Robert Louis tuvo que salir de su ciudad natal y emigrar a los cálidos Mares del Sur (ésta será, D.m., la 2ª parte de nuestro añorado viaje “Stevenson”). El clima y el cielo no dan tregua. El viento y el frío siguen pegándonos de frente. Y mientras la lluvia nos ataca desde arriba. Pedimos refuerzos y resonó (ver vídeo) el Flor de Escocia. Sí, todo fue fantástico.

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