
Me iba a callar o, por lo
menos, no escribir más sobre este disparate político en que estos
indocumentados y asiduos habitantes del Congreso nos están metiendo desde hace
meses. Pero como siempre, la rectificación ha llegado hasta mi puerta y antes de
los días decisivos me ha llamado. Y no he tenido más remedio que abrir,
escucharla y plegarme a sus siempre convincentes consignas, y donde ya dije Diego
decir...