
A Jose Mª Latorre
Anoche volví a ver Rebeca. Y como todas las obras de arte, ¿o
alguien se atrevería a llevarme la contraria y a defender que Rebeca no lo es?, volvió a sumergirme en
un mar de interminables sugerencias, de no estar, ni en las peores
circunstancias, perdiendo el tiempo sino, al contrario, prolongando cada
segundo como una goma que pudiera estirarse hasta el infinito, con nuevas ideas
que...