Os dejo este poemita para el Año Nuevo. Espero que os guste y que os haga entrar en Enero con una sonrisa y con el más firme propósito de "arrimar el hombro": que nadie se escaquee: todos hacemos falta.
Apretemos los dientes;
los puños si es preciso,
aunque confiemos
en no pasar a mayores.
Y dejemos sitio. No
nos amontemos
sobre la línea de salida.
Todos podremos participar.
A nadie se le impedirá
estrenar el Año. Aunque,
eso sí, habrá una ineludible
condición: no girar la vista
hacia atrás. Lo que se hizo,
hecho está. No le demos más
vueltas.
Firmemos el armisticio.
Dejémoslo en que nadie
tuvo la culpa en exclusiva.
Fumemos la pipa de la paz.
Porque ahora lo que ciertamente
nos atañe será lo que viene,
y confiemos en que no sea
lo que se nos viene encima.
Y a partir de ahí,
que lo sepamos negociar,
suavizar las esquinas, desplegar
con los primigenios tablones
la lanzadera que nos permitirá
colgar
en los cielos la Estrella que nos
asegure
que aún estamos a tiempo, que
nada
se ha perdido para siempre,
que nadie ha llegado tarde,
que ninguna Inscripción ha sido
arrojada al cesto de las basuras
por presentarse fuera de fecha,
que todos, sin excepción, cumplimos
los requisitos, que en definitiva
la carrera cuenta con todos sus
participantes
en regla. Así que nadie empuje.
Porque aún falta unos segundos
Y romperemos después la cinta,
cruzaremos ese espacio que nos
abre
el Año Nuevo. Cuando el
pistoletazo
haya sonado, cuando es estruendo
haya emborronado el aire, que
nadie
se espere. Saldremos a por todas todos
como una desbandada de felices
palomas,
explorando territorios aun
vírgenes. Las plumas
se mullirán con el viento. Y no
importará
quién encabece la estampida. Será
suficiente
con que las bajas hayan sido convenientemente
cubiertas
para que a nadie se le eche demasiado de menos.
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