Han sido tantos años que me faltan dedos para contarlos. Pero el esfuerzo nos “pone” y la prerseverancia es, sin duda, una de nuestras grandes virtudes. Quizás aunque no lo parezca sea la mayor de todas ellas: la cabezonería.
Que se lo pregunten sino a Gorka y Tato, alma mater, de este maravilloso proyecto que ayer jueves 6 de octubre, por fin, vio la luz bajo el bonito nombre de JAZZ-ON ARETOA, en la calle Urazurrutia, nº5, bajo, 48003 Bilbao, Vizcaya (tel. por si hace falta, 946790671), donde los lugareños de buena memoria recordarán que se situaba estación de autobuses que nos llevaba desde el Botxo a Donostia, y vicevesa.
Sí, ¿cuántos años han sido de esfuerzos, de sinsabores, de reuniones que parecían que no nos iban a levar a ninguna parte, vueltas en la cama e insomnios, etc.? Pero cuando algo se termina paree que los “malos rollos” se difuminan como por arte de magia y, ante nuestros ojos, solo queda el proyecto finiquitado, los sueños que de él podemos extraer. Tantos sueños como realidades.
Y el tiempo nos dará, además, la razón.. No podría hacerlo de otra manera. Cualquier
otra actitud sería una flagrante injusticia. Porque con el JAZZ-ON podríamos recurrir, sin que no
temblara, el pulsa aquella mítica frase
con la que definía al Halcón maltés, de la peli de John Huston, posiblemente
esté hecho con el material con el que se tejen los sueños. Y ese material es indestructible.
Ayer el JAZZ-ON dio su particular banderazo de salida con la presentación de Perspectiwa, el último y soberbio trabajo de Malwina Masternak. Quienes tuvieron la fortuna de acudir al concierto saben que JAZZ-ON no se trata sólo de un exquisito y necesario capricho sino que, además, su único objetivo será perdurar mientras una nota de Mr. Miles Davis resuene en nuestros oídos. O de Coltrane. O de Monk. O de tantísimos otros y otras imprescindibles.
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