Y mi maestro me enseñó qué difícil
es descubrir el alba dentro de las sombras.
(Perspectiva Nevski)
Franco ha muerto, decía, y nos lo han repetido diez mil veces, aquel ministro de la cara abotagada. No dudo de que alguien les habrá echado y les echará de menos. Yo no. Aunque en este mundo-loco hay gente para todo. De eso también estoy seguro. Pero del Franco al que ahora me quiero referir es del bueno, del muy bueno, Franco Battiato. En un negocio, como éste de la canción, en el que la presencia física es tan, o más, importante que tener una voz decente y unas canciones más decentes aún, que un tipo con el aspecto físico, las gafas de pasta y las "narices" de Battiato haya salido adelante es algo de mucho, muchísimo mérito. Y ante eso, me cuadro. Abogo por la meritocracia. Por supuesto. Y que los enchufes sirvan para lo que sirven: para dar corriente. Y que a los enchufados el pelo se les ponga de punta: bien electrocutaditos. Y tranquilos, que muchos ni por esas aprenderán.Yo, hoy, me quedo con Franco Battiato, que también ha muerto pero confío, por lo menos, en que allá donde esté continúe haciendo bailar, con los zíngaros del desierto (como cantaba en uno de sus temas), y haciendo, ahora con su recuerdo y con su mítica Perspectiva Nevski que aquí incluyo en una bonita versión de la cantante italiana Alice, que esta vida siga mereciendo la pena vivirse, y no como otros, y no miro a nadie, que se empeñaron- y se empeñan- con todas sus fuerzas, erre-que-erre, en hacerla insufrible. Pero que Franco (Battiato) QEPD, por supuesto. Él nunca formó parte de ese "equipo".
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