
La cosa, no penséis que
exagero, se las trae. Porque desde que la Revolución Francesa
instauró aquello tan bonito de Igualdad-Fraternidad-Libertad la cosa no sólo ha
ido rápido sino que, con esta rapidez (o liquidez, que diría el imprescindible
Bauman), la cosa se nos ha hecho paradójicamente complicada, o muy complicada.
Claro, con la cosa me estoy
refiriendo a la Vida,
a nuestras vidas cotidianas, en las...