
El martes 26 de junio me tocó
cerrar los coloquios del 2º trimestre del cineclub FAS de Bilbao con la mejor de las
compañías que alguien pudiera imaginar: sobre la pantalla, una excelente
versión del clásico silente de Murnau, Amanecer
(1927), y sobre las teclas del piano que acompañó la proyección, los dedos del no
menos excelente Josetxo Fernández de Ortega.
Por eso el placer y la gozada
fueron dobles....