Ahora que ya ha pasado el GasolStar o el Partido de las Estrellas 2015 no quisiera dejarlo pasar del todo
sin hacer un par de precisiones o “vueltas de tuerca”.
1ª. Que el susodicho Partido de las Estrellas va camino de “estrellarse”
(y mil perdones por el chiste fácil), o de convertirse en el Bluff de las Estrellas ya que estos BluffStars parecen empeñados en
desterrar de este Partido cualquier aspecto que no responda a lo estrictamente
cachondo-divertido y/o circense (y dicho esto con el mayor de los respetos para
todos los Gabi, Fofó y Miliji que en el mundo han sido y, gracias a Dios,
continúan siendo): un correcalles continuo, mates sin oposición alguna, botes y
driblings a lo Globetrotters y, en definitiva, patxanga a punta pala.
Sí, la patxanga amenaza seriamente con
comerse al Partido de las Estrellas. Y
no dejar de él ni los huesos porque ese espíritu competitivo tan necesario para
que el público (¡jamás lo olvidemos!), primera y última razón que sostiene el espectáculo,
llene los pabellones brilló por su ausencia en este auténtico Bluff de las Estrellas 2015.
O asistir a los minutos finales del
Partido, ¡y cuando el marcador estaba todavía igualado!, viendo a al equipo que
ganaba botar y botar y marear el balón, dejando transcurrir el tiempo, mientras
el otro equipo, ¡el que perdía!, se dedicaba a mirarles y sonreír, sin mover ni
un solo dedo, porque aquello ya estaba a punto de terminar, y luego todos
juntos y felices despedirían ese Fin de Semana en el que habrían jugado, ¡no!,
en el que se habían paseado durante un par de horas por el parqué del mítico Madison Square Garden (¿no se merecen
sus instalaciones otra actitud?), sin haber caído en alguna ingrata torcedura
de tobillo o distensión muscular que pudiera apartarles unas semanas de la
competición, ¡ésta sí!, oficial o de su futura disposición como agentes libres
o de lo que sea.
2. ¿Habría que reparar, si estamos
con éstas, en que a un partido deportivo, del deporte y la naturaleza que sea,
en cuanto se le resta ese espíritu competitivo, el quién ganará o perderá pierde,
y valga la redundancia, todo interés? Hasta en los enfrentamientos de Solteros vs. Casados la victoria y la
derrota tienen su importancia (¡cuántas veces por ellas se llega a las manos!).
3. ¿Y habría que puntualizar,
entonces, en que esta patxanga, este cachondeo a raudales es una de los signos
que distinguen y banalizan hasta el ahogo a estos tiempos que corren y en los
que, desgraciadamente, estamos embarcados? Si la vida está así el basket, claro, no iba a ser menos.
4. ¿Porque dónde han quedado
aquellos competitivos y serios Larry
Bird, Jordan, Dominique Wilkins o Magic, que también era pura diversión, de
acuerdo, pero al que tampoco le gustaba perder ni a la petanca? Ellos jugaban y
las risas y los gestos amables se sucedían, sí, durante el 1º, el 2º o,
incluso, el 3º cuarto, pero en cuanto el Partido descontaba sus últimos minutos
colocaban el cuchillo entre los dientes y no se cogían ni prisioneros. Se buscaban
la victoria y el público agradecía su entrega. Y más aún esa entrega que,
realmente, no iba a parar a ningún sitio. Bueno sí, al honor. Pero, ¿qué coño
es hoy en día esto del honor? Y no miro a nadie. Aunque más de uno de esos que
tomaron parte en ese Bluff de las
Estrellas debería darse por enterado y agachar la cabeza… sin que los sones
del Star-Spangled Banner o de esa Bandera Tachonada de Estrellas estén atronando
en riguroso directo.
5. Pero todo esto lo supe después,
presenciando el partido (en diferido; las madrugadas en directo han quedado,
definitivamente, atrás: este cuerpo mío no me las perdona). Antes no había
caído en la cuenta de la magnitud que actualmente alcanza la patxanga. Que se
lo come todo. Y con la que la frivolidad pasa a ponerse el traje de dueña de la
función. Y yo, en la inopia. Le escribí, incluso, a SSMM para que sacaran
chispas del evento y acudieran a Nueva York a presenciar el y ver el salto inicial
de los Gasol (previamente había mandado sendos emails a la cadena ESPN y a
Barack Obama comentando que ese salto entre dos hermanos it world be a nice touch). Y si no, para los escépticos de siempre,
aquí tenéis la “prueba del algodón”:
“Estimadas Majestades Don Felipe VI y Doña Leticia,
sé que este consejo quizás les llegue con retraso pero aún y así no
puede evitar enviároslo ya que creo que redundaría mucho y bien en beneficio de
la imagen de la Corona
y, por extensión, del país en su globalidad.
El asunto es sencillo. este próximo domingo 15 de febrero en el Madison
Square Garden de Nueva York va a disputarse el partido de baloncesto conocido
como el All Star Game que reúne a los mejores jugadores profesionales de la NBA , que se encuadran en los
equipos del Este y del Oeste. Este año, ¡¡y por 1ª vez en toda la Historia del baloncesto
profesional americano! van a enfrentarse como titulares (elegidos entre los
cinco continentes, y por votación popular) dos hermanos que ¡además son
españoles!!
Como bien sabe todo el mundo relacionado con este deporte éstos son los
Hnos. Gasol, Pau y Marc, nacidos en Sant Boi, para más señas, o sea, catalanes
de pura cepa pero españoles por encima de todo (su defensa y compromiso con los
colores españoles en los distintos encuentros internacionales ya sean
mundiales, europeos, juegos olímpicos no me dejan lugar a la duda).
Por todo ello, y dado además el carácter competitivo pero también, o
sobre todo, lúdico y familiar que tiene este acontecimiento, que es
seguido en millones de hogares SERÍA TODO UN DETALLE (DE INSOSPECHADOS
BENEFICIOS PARA LA
CORONA ESPAÑOLA DE CARA A LOS MISMOS EEUU Y AL RESTO DEL
MUNDO) QUE SUS MAJESTADES TUVIERAN A BIEN ESTAR PRESENTES MAÑANA POR LA TARDE-NOCHE EN EL
MADISION, SE FOTOGRAFIARAN Y SALUDARAN A LOS HNOS. GASOL Y FUERAN, EN FIN, UNOS
MÁS ENTRE LOS PARTICIPANTES DE ESTE SINGULAR FIESTA DEPORTIVA.
Si las infantas también pudieran acudir el efecto sería doblemente espectacular. UNA CASA REAL TAN GUAPA, REPUTADA Y UNIDA NO
SE ENCUENTRA HOY EN DEMASIADAS PARTES. ¡¡APROVECHEMOS EL MOMENTO!! Yo
mismo con tiempo y dinero me daría mañana una vuelta por Nueva York pero me
temo que el deseo excede a mis posibilidades, cosa que confío en que a ustedes
no les ocurra, y que estas precipitadas líneas no hayan llegado demasiado
tarde.
Sin otro particular, reciban el más cordial saludo.”
Pero, posiblemente, y aún
llegándole a tiempo la carta, Don Felipe que por algo es VI se oliera, mucho
antes que yo, la patxanga y decidiera evitar el viaje y el frío que pelaba ese
15 de febrero la 5ª Avenida.
6. Pero con todo, y en diferido, yo
vi el Partido. Creo que era algo inevitable y de obligado cumplimiento para
alguien que como yo ha crecido y disfrutado con los Buscató, el mítico Walter Szczerbiak (¡que no hubiera hecho con una línea de 3 por delante!), el irrepetible Carmelo Cabrera, Santillana y luego con los grandes Epi, Corbalán, Solozábal...,, para alguien que como yo ha soñado con la NBA como si de un planeta basket situado a millones de kilómetros
de nuestra galaxia se tratara, y para el que los únicos hermanos que había
vestidos con tirantes y de corto eran aquellos increíbles hermanos Margall.
Así que yo sí que vi el Partido porque
para mí, por lo menos, éste siempre será, mucho más allá del BluffStars, el GasolStars. Y cuando los dos saltaron por la posesión inicial pensé
que, de igual manera que voy haciéndome tan viejo, todo es posible.
7. Sin duda, fue un pequeño salto
entre dos hombres, pero un gran salto para este crítico país, y para todo aquél
que quiera enterarse de que esto está cambiando. Y para bien.