No tenía intención de rememorar el medio siglo del fallecimiento de Jimi Hendrix y Janis Joplin. Y no porque no se lo merezcan sino porque, a veces, tengo la tentación de pensar que si atendiera desde estas páginas a todos los aniversarios de fallecimientos/nacimientos de personas que me han resultado relevantes por uno o por otro motivo (el otro día el gran Bird), más que un apañadito blog esto parecería un libraco de esos que podemos encontrar en las estanterías de los Registros de cualquier Ayuntamiento o funeraria.
Pero el caso es que estas conmemoraciones, en el caso de los músicos, ayudan a recuperar algunos viejos rostros y canciones que, en su momento, nos alucinaron y que ya hace tiempo, sí, demasiado tiempo quizás, hemos dejado de ver y escuchar y sin saber, además, muy bien el motivo.
Y además en mi caso particular, y estando como yo suelo estar, dándole siempre vueltas a eso de la música peligrosa vs la música inofensiva, por muy poca intención de acordarme de los 50 años que llevamos ya sin Janis ni Jimi, reconozco que no podía dejar pasar esta oportunidad para enseñar, a los que todavía no entienden eso de la "peligrosidad musical" y continúan en Babia, cómo Janis y Jimi forman parte (y la letra del Hey Joe, de Hendrix que reproduzco debajo es toda una declaración de principios al respecto; y no digo nada del Ball of Chain que canta Janis en Monterrey y que he puesto arriba), de ese selecto y minoritario grupo de "músicos peligrosos".
Sí, de ese mismo selecto y minoritario grupo que hoy en día, desgraciadamente, recibe tan pocas visitas y al que apenas se le apuntan nuevos socios. ¡Lástima! ¡Pero qué se le va a hacer! Así que de momento, QEPD. Ambos dos.
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