
Yo los cuento uno a uno, y mañana Lou hará ya siete años
que no está entre nosotros. No quiero hacer de este blog un plomífero obituario
pero siempre que se me ocurra alguna cosa dedicaré a Lou una de estas
entradillas. Porque se le echa de menos. Se echa de menos su mala uva, y su
profesionalidad, y su empecinamiento en remar siempre contra corriente, siempre
fiel a unos principios que, paradójica y sensatamente,...