
El Australian Open, el Master
que abre la serie de los más grandes torneos de tenis del año, me ha confirmado
una triste sospecha que me andaba rondando desde hace tiempo por la cabeza, y
es que el invento ese que la ATP
se ha sacado de la manga para agrupar a los más jóvenes tenistas del circuito, bajo
la etiqueta de NEXT GEN (Next Generation,
para los más despistados), no deja de ser sino otra vulgar chorrada...